lunes, 17 de enero de 2011

Encajando y destripando

Tengo un demonio en la piel,
ese demonio sale a veces,
habla y actúa por mi,
ese demonio tengo que aprender a controlarlo.
Hace cosas sin sentido,
sin ética,
sin moral.

Y pasado un tiempo te las recuerda,
te las clava en el corazón con dardos a gran velocidad.

Borro de mi cabeza pequeñas fuentes de distracción,
poco a poco cojo el timón,
poco a poco expando en la mesa del comedor mis tripas
y con las manos manchadas de mi propia sangre,
voy metiendo todo en su sitio,
quitándole el plomo y la pena.
Guardándolos en lugares más seguros,
unos se quedan siempre donde estaban,
otros los coloco más escondidos,
para que cueste de encontrarlos,
para que momentáneamente no sean hallados.

Las piezas no encajan,
haré trampa y las limaré
para que así,
aunque sea solo en apariencia
encaje.

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