lunes, 30 de abril de 2018

Abril de pensares


Encontré mis dos zapatos izquierdos debajo de la cama.
Me bañé en alcohol añejo para poder sonreír sin pensar.
Recuperé abrazos apagados detrás de la gran tela roja.
Cociné platos nuevos, cosas propias, sabores que tenía en la mente.
Volví a soñar con ella después de meses sin hacerlo.
Sequé mis lágrimas al sol de la primavera.
Contemplé mi cuerpo desnudo delante de un espejo sucio.
Fumé lo suficiente para comenzar a aborrecerlo.
Canté como un poseso por la calle, paso a paso, canción tras canción.
Tatué pequeños recuerdos en mi piel para recordarme cada día lo que soy.
Visité nuevos lugares con magia.
Estreché el cerco a nuevos objetivos.
Arruiné mi presente pensando en mi futuro.
Construí un presente destruyendo mi pasado.
Expuse mi corazón sin razón.
Alimenté la agonía y me quedé sin sueño.
Perdí la energía después de los batidos.
Razoné todas estas sensaciones para comprender que sigo sin saber nada.

miércoles, 4 de abril de 2018

Desert Sessions


La casa respiraba calma.
Después de semanas de sensaciones, de gente, emociones, sexo, tristeza, angustia, sueños, mentiras y evasiones...quedó vacía.
Dos de sus componentes ya no están y un tercero está de viaje.
Joey Castillo atiza la batería con violencia en subcutaneous phat mientras Josh Homme marca el ritmo con el bajo. Es lo único que se siente en la casa, mientras Cohen, tranquilo y cansado me mira mientras cierra poco a poco sus ojos entre el humo del cigarrillo.
Las cosas salen cuando tienen que salir, o al menos es lo que me repite la cabeza.
He mirado a los ojos del pasado y lo he recordado, para volver a dejarlo allí, bien lejos y centrarme en el presente; un presente lleno de objetivos donde voy totalmente desnudo pero sin miedo a lo que venga, ya que el miedo es de cobardes.
Se avecinan multitud de cambios y en ellos no estará mi querida hermana, a la cual he tenido que sacrificar, deseando que encuentre algo que yo aquí no podía darle. La felicidad.
La casa respira calma antes de las futuras batallas.
Se abre una nueva etapa.


sábado, 31 de marzo de 2018

Luna llena, luna nueva



Entonces recordé a la luna y salí tras ella,
caminé y caminé con mi vista puesta en ella,
hasta alcanzar un lugar entre naturaleza y paz
en el corazón de Montjuic.
Y allí razoné mis errores
y mis pesares,
entre cortinas de humo
y el sonido del agua que corre sin reparos por la fuente.
Con la sensación de que el todo es nada
Y que la nada,
lo es todo.

viernes, 30 de marzo de 2018

De tanto


De miradas a sus ojos,
de sonrisas a sus labios,
del tacto de su piel,
del acento de su voz.

De mil excusas infinitas,
de saltarse su camino,
de pensar idioteces,
de enfocar mal el presente.

De cosas que van y vienen,
de odios permanentes,
de amores adolescentes,
de radares incomprensibles.

De canciones con significados,
fotos en la cabeza,
mañanas en cucharita,
noches de luna.

De que nunca es lo que es,
de que ya no sabes que es,
de que siempre se espera un que,
aunque no sepas por que.

jueves, 29 de marzo de 2018

50 metros


El estaba apoyado en una moto delante del restaurante, acababa de cenar y degustaba un cigarrillo de liar mientras pensaba en sus cosas.
Entre calada y calada el sonido de unos pequeños pasos se acercaron por su espalda. Para no mirar directamente, captó su figura a través del reflejo de los cristales del restaurante.
Ella, una anciana menuda le miró y le dijo:
- Antes andaba más rápido, pero cuando eres anciano, ya no vales para nada.
El de seguida se giró, tiró el cigarrillo y le dijo que eso no era cierto, que aun eran muy válidos para la sociedad y se volvió a girar creyendo que ahí acabaría la conversación.
Entonces la anciana se acercó un poco más y le dijo:
- Lo duro de envejecer, es recordar aquellos tiempos en los que creías que jamás llegarías a viejo.
El chico volvió a girarse, esta vez levantándose de la moto y le respondió que es así como el ser humano se ríe de la vida; burlándose de la muerte.
La señora le miró y preguntó si podía ser tan amable de acompañarla hasta el final de la calle, a lo que él asintió con educación a su demanda y comenzaron a andar.
Al principio, él en un lado y la señora por la acera, con sus diminutos pasitos y el sonido del bastón dando contra el suelo. Cuando ella le pidió que se acercara, cogió al chico de su brazo y a modo de apoyo continuaron juntos el paseo calle abajo.
En ese trayecto, hablaron de la familia, de la ciudad, de la sociedad...de la vida y de la muerte.
Todo en pequeños pasos a ritmo de un bastón viejo.
Al llegar al final de la calle, el chico insistió en ayudarla a cruzar la calle y ella, después de cruzar, unas lágrimas de agradecimiento salieron de sus ojos mientras cogía con fuerza el brazo del chico.

Él espero unos segundo mientras observaba a la anciana continuar su camino.
Se giró de nuevo hacia el restaurante, mientras una sonrisa iluminaba su rostro.   

martes, 27 de marzo de 2018

Inconexo


Sale el sol de entre las nubes,
el sudor de entre mis poros.
Buceando entre oceanos de sueños,
abrazando la piel que no habita en mi.
Bailando y cantando a la puta desdicha,
entre nuevos retos
que afronto sin miedo.
El alma se regenera,
las heridas se curan,
el agua caliente sigue saliendo del baño
a escodidas.
Sigo buscando resultados entre letras inconexas.

domingo, 25 de marzo de 2018

Ella dijo no

Entonces ella dijo que no.
Y lo dijo con soltura.
Una losa de confusión aplastó su esperanza,
un enjambre de abejas atacó su mañana.

Mucho aire y valentía tuvo,
para decir con hombría aquello que debía.
Pero ella dijo no
Y todo voló en cenizas...quizá tardías.

Todo se escapó ante sus ojos,
un largo viaje,
una breve brisa,
un paso que creía que no daría.

Pero ella dijo que no.
Y aun así él tragó saliva
y sonrió la triste realidad sin salida,
de una noche húmeda e insípida retahíla.

En un abrazo se fundieron,
no solo sus cuerpos,
sino sus sueños,
para un mañana sin sus besos.

Pero aún así,
todo murió con sus versos,
sin terminar con prosas inconexas,
sin terminar con los cuerpos revueltos.

sábado, 24 de marzo de 2018

Lluvias de primavera




Llegó la hora feliz del insomnio,
las 5.00h de la mañana,
pero esta vez con lluvia.
No era una cualquiera,
sino una lluvia primaveral,
de aquellas que parecen danzar,
que armonizan en ambiente.
Cohen y yo nos fundimos en uno,
siguiendo el sonido del agua contra el suelo,
envolviéndonos con la manta
con la esperanza de cazar algún que otro sueño.

Unos minutos después me dirijo al patio,
y allá descalzo y semi desnudo,
alzo mis  brazos al cielo,
gritando por dentro que me limpiara,
que me purgara de un Invierno eterno 
y desastroso.
Saludé, 
ahora sí,
a la primavera.
Volví a la cama húmedo y contento,
abracé a Cohen,
tapé con sábanas mis sueños,
me vi menos feo ante el espejo.

viernes, 23 de marzo de 2018

Versos reversibles

Llevo tantas poesías
y tanta mierda.
Que a veces no sé si son versos
o excrementos.
Llevo tantas alegrías 
y tantas tristezas,
que ya no sé por cual de ellas
escribo estos versos.
Llevo tantas caras,
como guantadas.
Tantos besos,
como detestes.
Tanto sexo,
que ni me acuesto.

A veces escribir me desorienta,
me lleva a un lugar lleno de ataúdes.
A veces bailar me aburre,
otras en cambio simplemente me aturde.
A veces, 
y solo a veces
un ángel me seduce,
me lleva a un terreno de ensueños,
a un momento perfecto.

Llevo tantas poesías
y tanta mierda escrita,
que ya no se si me entero,
si me entierro
o si padezco.
Llevo tantas vidas cristalinas,
que ya la tormenta no hace mella,
que ya la negación 
no hace dolor,
que ya el padecer
es comprender.

A veces todo es el ahora
pero el ahora no vale nada,
sin que los versos
traigan besos,
sin que el pensar,
no atraiga el paladar,
sin que tu calor
caliente mi motor.

Llevo tanta tinta,
tantas cicatrices sin directrices,
tanta paciencia que me incendia,
que ya no importa una mierda,
si soy de querer...
en un lado
o de amar por todo lo alto.

Improvisando el verso pendiente

He intentado ser tangente en el presente.
Y es por eso quizá que no he sido del todo elocuente.
Que tú algo me has tocado y el no saber ni el estar preparado,
me ha descolocado.
Que sé que he metido la pata,
dentro de una mala salida,
de una estrecha avenida.
Pero si mi niña,
algo me has tocado.
Oskar
Con palabras escribo este presente,
con versos enlazo los momentos.
De una puti cursi escritura,
no tacho ni escondo mis diabluras.
Que son muchas y más largas todavía.
Pero si algo aprendió este ser incompetente
es a decir las cosas que uno mismo siente
de este modo
a tal escrito
tal escroto
Y por mucho que a otro miedo le diese
a mi me la trae siempre al dente
ya que lo que callo no sirve al presente
ya que lo que importa
es para mi lo que hoy es presente
Y en estas estoy
que en unas lo estoy
y en otras me siento ausente
pero me quedo más contento y vehemente
que es sacar mi verso a regañadientes
y todo esto no es improvisado
son todos aquellos verbos apelotonados
de algo que creía muerto
de algo que aún latía por dentro
que es mi prosa y mi verso
teniendo sexo sin atrezzo
y todo por algo que no salia escrito
algo que por ser...
no era ni eso.
Que en un mundo sin alma
yo la desvisto sin pausa
en una vida sin chispa
tu me das aquella brisa
aquella mirada
aquella melancolía
de lo que un día
fueron sonrisas
Fin

Pequeños descansos


Le cogí el gusto al descanso,
el dormir 8h sin pensar,
el soñar sin soñar,
el abrazar la sombra sin dejarla escapar.

Le cogí el gusto a la tranquilidad,
a tenerlo todo atado,
a cuidar mi sonrisa junto a la suya,
a contemplar los amaneceres entre sus curvas.

Le cogí el gusto a lo fácil,
pero todo desapareció.
Y desnudo y destapado,
desperté sin soñar.

Olvidé el insomnio,
pero no su cara.
Olvidé su carga,
pero no su voz.

Y a la hora señalada llegó,
y entre vueltas de sábanas me engulló,
paró el tiempo
eternizó mi corazón.

Le cogí el gusto a descansar,
entre los besos y las caricias inesperadas,
entre los sueños y sus pechos,
entre todo aquello que damos por hecho.

jueves, 22 de marzo de 2018

Solo soy

Quiero un botón en la cabeza que me anule el pensar,
que me devuelva mi equilibrio,
que me trasmita la calma que necesito.
Necesito un puto botón en la cabeza,
que anule las frecuencias que no me dejan dormir,
que me destroza el descanso y me llena la cabeza de bichos.

No, no necesito eso.
Necesito un tapón en la boca
y no un buzón de correos,
donde me mantenga callado,
anule los sentidos
y solo asienta inerte a mi propia vida.

Necesito cuatro hostias bien dadas
y una patada en la boca
para poder respirar el hedor de mi sangre contra el suelo,
vomitar toda mi mierda,
lagrimar todo aquel dolor.

Puede que sea solo cuestión de suerte.
Igual que en la lotería,
te puede tocar en tus motivos,
en encauzar tu ruta,
en trazar pinceladas sin miedo a salirse del marco.

Puede que ser diferente se llama así
por que vas a la contra del resto.
Donde encontrar su sitio,
huyendo de lo establecido
cuesta lo suyo.

Puede que mi equilibrio sea bien definido,
ya que sin pensar en los miedos,
ni el alma,
ni el clero,
habrían debatido semejante cuestión.

Necesito una cura para dejar de hablar con los dos,
aunque son los dos quienes somos,
ni blanco,
ni negro.
Solo vida,
solo razonamiento.

Bailando


En tiempos imperfectos,
bailando,
dejándote llevar por el nada,
rodeado de gente sonriente.
Tragando la saliva,
aspirando lentamente el cigarro,
mientras te abstraes del todo,
marcando el ritmo de la música.
Donde la inseguridad no se vislumbra,
se diluye,
se evapora momentáneamente
y la piel se eriza.

Tiempos revueltos


No he elegido el momento,
tampoco me dí cuenta.
Pasé por alto las señales,
hasta estamparme de bruces contra el silencio.
Yo no pedí todo esto,
ni fui capaz de echarle el freno.
Puede que no creyera en ello,
puede que muera en el intento.

El Abandono


Cicatrices mal sanadas,
sin echar la vista atrás,
sin dejar de sangrar.

Rompiendo las noches,
en un vacío entre cohen y mi cuerpo,
perturba el vacío latente aun en mi alma.

En pequeñas dosis lo dí por superado,
por momentos me dí por desdichado,
para verme de nuevo en el lodo desconsolado.

Las preguntas traspasan mi mente,
no hay otra respuesta que no sea que me han superado,
que no he visto aquello que me ha cegado.

Y no es otra comparsa a mi suerte,
sino que creí haber dado un paso de gigante,
sin darme cuenta que dí el paso al costado.

Así que una vez analizado,
la sensación del abandono,
esa que te da y se va sin avisar.

Aun latente y sin curar,
soy más consciente
que he de curar.


miércoles, 21 de marzo de 2018

Sin reparos


No me preparé,
dejé hacer,
que el tiempo pasara en disfrute,
que la persiana estuviera levantada,
las cortinas abiertas,
los cuerpos al descubierto.
No me preparé bien,
un rechazo tras otro,
un camino angosto,
mil tormentas por delante,
un paso tras otro,
una historia trabada y sin subtítulos.
No me preparé ante la realidad,
donde lo bueno dura poco,
donde el ayer no queda caduco,
donde las historias se mezclan,
las palabras añejas,
la sombra de nuevo pequeña.

Posición fetal


Hacía frío en esa cama.
Acurrucado y cerrando los ojos con fuerza,
se hallaba un cuerpo sombrío en aquella cama.

Hacía frío aquella noche.
Donde el guardián de la noche yacía con su amada
y los sueños de los inocentes volaban hacia la luna.

Hacía frío en soledad.
Despertando de algo inocuo,
sin querer tomarlo como tal.

Hacía frío despertando cada x tiempo.
Mirando como el tiempo se quedaba a tu lado,
como el espacio te había señalado.

Hacía frío ya en primavera.
después de perder el calor de un espejismo,
de una nueva vuelta de tuerca en un circo de freaks.

Paró el frío ya de día,
donde la luz tapó las oscuras sensaciones,
donde el mañana es el despertar de nuevas metas y colores.

martes, 20 de marzo de 2018

48h non stop


Salté el abismo del desenfreno,
bailé los últimos compases de la noche,
sonreí a aquellos que me despreciaron,
comí en pequeñas dosis de necesidad,
asalté la complejidad de la desdicha,
imaginé con soñar sueños bonitos,
abracé la sencillez de la amistad,
salté las barreras de la estupidez,
me dejé llevar al ritmo de la música,
disfruté de cada segundo sabiendo que sería el último a tu lado,
bebí como si no hubiera un mañana,
me tragué el orgullo con dignidad,
me sentí un puto producto en rebajas,
me aproveché de la situación,
sonreí solo por el simple motivo de poder hacerlo,
besé al mañana,
al ayer,
al mismo instante.
Me reí de mí,
de ti,
del todo.
Me quité el corsé de lo establecido
para abrazar a la desdicha y darle un beso.
Dibujé un paisaje en el cual mi propia libertad se reflejaba en mi sonrisa.