viernes, 28 de enero de 2011

Creando

Correos benidorm 10.30 de la mañana


Tres putos funcionarios trabajando para 12 ventanillas.
Mas de un avispado colándose;
noto el acelerón de mi sangre,
comienzo a sudar,
los números no avanzan.

Queda un número para el mío,
el funcionario se dispone a anunciar el siguiente número...
pero no es el mío!!!

De los nervios,
una canción pasa firmemente por mi coco,
una canción la cual dan ganas de cantar a grito pelado,
una canción de fidelidad que no puedo extraer de mi cabeza.
Mi Pene.
Si,
es el nombre y el tema de la canción.

Por fin me toca,
una señora que había pasado de su número por estar hablando por teléfono
intenta colarse.
Por una décima de segundo pienso en dejarla pasar,
pero reacciono enseguida y me pongo rápidamente delante de ella,
entregándole al funcionario el dichoso papelito.

El intrépido funcionario parece que no sabe leer mi nombre,
ni la procedencia del paquete.
Comienzo a sudar;
yo solo quiero firmar y largarme con mi paquete.
Firmo en una mierda de folio digital,
una de esas cosas donde si tienes mala letra,
en ese soporte es aun peor.
Al fin firmo y me entregan el paquete.



Envuelto entre mil cartones y cinta adhesiva,
me presto a desenvolver el paquete,
dentro de él se esconde el proyecto,
el cual creé con una intención,
la cual a ido variando según pasaban los días.
Al fin logro arrancar toda la cinta,
el plástico y demás medidas de seguridad.

Es una joya.
Poco me importa ya su función inicial.
Es un libro de sentimientos atrapados,
es un trocito de lo que consideraba antes como mi mayor felicidad,
es parte del pasado que se quedará mañana.

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