viernes, 27 de septiembre de 2019

Extractos


Al besarla todo cobró sentido,
el tiempo se paró,
la luz circulaba a su alrededor,
las personas que los rodeaban dejaron de existir.
La chispa que se había producido al besarse,
se había convertido en fuego.
Sus lenguas jugaban a encontrarse,
entre tímidas sonrisas
y miradas perdidas en la inmensidad de los ojos del otro.
De pronto,
sus labios se hicieron hermanos,
sus manos bailaban entre sus cuerpos;
lo único que escuchaban,
era su corazón latiendo al unísono.

Entre pieles


Aunque suene cursi o a destiempo
aunque parezca que no,
o que puede.
Aunque no te lo creas
o me lo sugiera.
Aunque no hallan días sin lunas,
aunque el olor de tu piel me embriague
o tu mirada me congele en segundos.
Aunque nada sea nada
y nuestra existencia un efímero paso en el cosmos.
El solo bailar contigo
o coger tu mano,
me eleva sobre aquel cielo
que solo los ancianos
resoplaban entre versos.

Te pienso entre pieles.

En este espacio de tiempo,
entre el ayer y el mañana,
son rayos sin truenos,
son escalofríos que erizan mi piel,
destellos pasados a versos,
imágenes abstractas de un puzzle sin piezas.


Te pienso entre pieles.


Solo expreso lo que llevo,
sin pesos ni cuerdas,
sin reglas ni esposas,
con las manos vacías,
viviendo el ahora,
sin darle tiempo al tiempo,
sin dejar que la marea borre los pasos.
Hago bocetos en sucio,
sin tachar las imperfecciones,
sin tapar las manchas,
sin olvidar aquello que nos hace únicos.


Te pienso entre pieles.


Y sé, que es una locura.
Pero más aun sé que la locura y el pensamiento,
se hermanan en tu cuerpo.
Que las palabras concisas,
no se borran de tu sonrisa.
Y aunque fuera o fuese un locura,
prefiero vivirla y contarla,
a soñarla y añorarla.
Ya que no es más sabio quien la medita,
si no el simple necio que la vive,
la degusta,
la siente o la sufre.
Con sus dulces y sus amargos,
sus fríos y calores,
sus abrazos y rechazos.


Te pienso entre pieles.


Es lo que tiene el descanso para un alma sin sueño.
Que confunde sueños con realidades
o toca nubes rosas de algodón de azúcar.
Que palpa imágenes tridimensionales,
que teje telas de araña,
que escupe versos al aire,
que abraza sombras perdidas,
que sonríe a las cosas bonitas.

Te pienso entre pieles.


Solo arrastro palabras a versos,
imágenes en contrastes de paraísos artificiales,
pensamientos animados en espirales,
baúles y baúles de palabras en la casilla de salida,
historias que transpiran en la comisura de tus labios,
cuerpos desnudos entre las sábanas,
palabras que jamás serán dichas, pero si dichosas,
escapadas mentales a islas imaginarias.



Te pienso entre pieles,
entre arañazos y mordiscos,
entre miradas y suspiros,
entre los sueños más intrínsecos.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Fascinante


Fascinante:
Que atrae o impresiona mucho.

Noto que puedo tocar con la punta de los dedos el infinito,
correr más que ninguno,
aplacar con sonrisas los días grises,
florecer al final del verano.

Noto mi piel desgarrada,
trabada entre arañazos,
palpitando sangre,
arrancando mi carne.

Reflejo mis ojos en un silencio tedioso,
bajo ríos de tinta,
curvas y más curvas,
cuerpo desnudo en penumbra.

Palabras que no has de decir,
sombra hundida en el colchón,
suspiros placenteros que recorren la habitación,
arte amasando los huesos al sol.

No pensar,
no creer,
no mirar,
no sentir.

Mensajes sacados de la botella,
cuan náufrago anclado a sus recuerdos,
sin mirar más allá,
de aquello que puedes tocar.

Una invitación al ahora,
donde no hay futuros,
ni pasados,
solo versos presentes.

La fascinación llegó de repente,
ni lazos,
ni abrazos enclenques,
donde nada es pertinente.

martes, 10 de septiembre de 2019

Menú degustación


Duelen como puñales en el pecho,
las duras palabras y los gestos sin receso,
las prohibiciones o consejos,
los muros interpuestos.

Duelen los momentos,
cuando tocas las hojas en el rocío,
las sonrisas compartidas,
y ahí de pronto la hostia infinita.

Duele rogar a la nada,
para que todo pase,
para que no enturbie el ambiente,
para poder disfrutar la velada.

Duele la violencia gratuita,
los cigarros a escondidas,
el nudo en la garganta,
la impotencia repentina.

Duele perder la energía,
entre imágenes marchitas,
acusaciones sin fundamento,
siendo el blanco perfecto.

Duele no poder celebrar algo tuyo,
por un solo momento,
sin pedir por favor,
que acabe ya todo esto.

Duele saber que te aman,
aunque te rompan por dentro,
te sangren las manos,
te mueras por pena.

Duele tener que escribirlo,
a corazón abierto,
para tejer las heridas,
para sonreír de seguida. 

lunes, 9 de septiembre de 2019

38


Me siento como si sonara Fuckin´in the bushes de Oasis,
entrando por un gran pasillo, hacia una sala repleta de gente que te aplaude,
y no sabes por que.
He llegado a una época que no pensaba,
que no me enseñaron.
Aun envuelto en polvo de hadas,
desdichas y carcajadas,
viviendo el sueño eterno;
mi sueño eterno.
De pronto beautiful life de shawn Anthony suena a través del auricular,
pienso todas aquellas cosas que hice,
las sonrisas regaladas,
los abrazos, siempre abrazo,
traspasando la energía libre,
como siempre me he sentido.
En el salón de una casa oscura,
con white stripes de fondo,
esos riffs que tanto imito y bailo,
celebro no haber muerto,
celebro ser, conmigo mismo.
Sigo pensando que el mañana será hermoso,
sigo escondiéndome debajo de las sábanas cuando tengo miedo,
sigo sonriendo a la lluvia,
a la estupidez,
a mi reflejo.
Ensimismado y desprotegido,
creador de esencias y sonrisas,
mujeriego y romántico sin causa.
Somos tantas cosas,
soy tantas cosas,
que es un arduo trabajo llevarme bien conmigo mismo,
aunque hace mucho que lo logré.
Todo está por hacer,
o quizá, nunca hubo nada que hacer,
nada que no te hiciera feliz.
Sigo viendo al espejo,
a aquel niño que soñaba despierto,
que se escondía del mundo y creaba uno propio.
Lo lograste.
Todo lo que queda es un regalo,
son las páginas de aquel diario que husmeaban tus hermanas,
las páginas en blanco.
Sigo bailando detrás del sonido de una bicicleta,
sigo mirando el contorno de la gente en el metro,
sigo preguntando cosas intrínsecas,
trazando versos en labios ajenos,
tejiendo sedas añejas,
espirales cíclicas tatuadas en mi cuello,
paseos por la luna de LSD,
lágrimas de sangre que me hacen sentir vivo,
cuentos de tiempos a destiempo,
cual conejo con prisa,
cual pirata a la deriva constante sin brújula al volante.
Un amor odioso,
rodeado de negativas infinitas,
lastrándolo solo hacia la siguiente aventura.
Y he aquí que me hallo,
entre petas de yerba y cubatas de Vodka,
palpando el presente,
sin importar el futuro.
Siempre libre,
siempre yo.






domingo, 8 de septiembre de 2019

Lluvia de verano


En días de lluvia se encuentran los últimos coletazos del verano.
Un año más,
sudoroso y laborioso,
aprovechando su sequedad para salir del lodo
y saludar así a los árboles que lo ocultan del sol.
Envuelto en una fina capa de piel,
camisas carentes de tela,
tendones y músculos abrazando un enjambre de huesos
con los brazos alzados,
recibiendo un manto de lluvia,
una ducha natural,
un loop de gotas chocando contra el suelo,
bajando desde sus ojos,
temperando aquel cuerpo siempre pensante.
Días de lluvia con miradas cristalinas,
ojos pendientes,
voces hermosas,
coincidencias o realidades más allá del típico tópico,
almas perdidas relacionadas por los seis grados de separación.
Cuerpos
cuerpos que transmiten,
se sobrealimentan,
se transportan a lugares que antes creían solo suyos,
viajando entre corcheas arqueadas,
creando notas fuera del pentagrama,
de los parámetros estereotipados.
Ungiendo versos sin hablarlos,
transmitiendo pensamientos en impulsos eléctricos de código cifrado,
saltándose los semáforos,
el tiempo y los pasos que dan lugar a las historias llenas de polvo.
Días de lluvia,
veranos que terminan,
sueños y más sueños...

jueves, 5 de septiembre de 2019

Miradas



Viaje astral de vuelta a puerto,
entre historias cortas y descansos escasos.
Personas que llegan y otras que van.
Miradas curiosas,
palabras que encajan,
dados que suman,
sonrisas hermosas.
Fogonazos de energía,
esta vez sin mezcalina.
Bailes y calores,
cremas pasteleras cortadas por temperatura,
desconfianzas y confianzas en ascensores hidráulicos.
Música en su totalidad,
techno y tool acaparando la red,
chistes malos, sonrisas sinceras,
dos partes de aceite por una de vinagre.
Imágenes en blanco y negro,
pinceladas de arte,
conversaciones oníricas,
abrazos a la almohada.
Paseos en la lluvia,
por el Gótico,
el raval,
poble sec...
el pasillo estrecho de la cocina.
Jugar en el suelo a soñar despierto,
reírse de su sombra,
cazar la propia.
Ojos conocidos,
perdidos y dichosos.
Abrazos al ayer, al hoy, al mañana,
a los compañeros por turnos.
Cuentos tenebrosos,
convertidos en provechosos,
microrelatos caprichosos,
en cómodos fascículos.
Comida vegana,
platos vacíos,
conocimientos compartidos,
cigarrillos de liar,
estimulantes naturales.
Historias,
cuentos,
leyendas,
ideas de paraísos artificiales,
punk entre las venas,
tinta por la piel.
Seguir creciendo,
seguir creyendo,
seguir sonriendo.