miércoles, 27 de mayo de 2009

En la barra

Llego muy pronto a la cita con Pedro, tan pronto que aun no a llegado, así que entro en una cafetería para hacer tiempo, me siento en la barra y pido una cerveza. Una Voll Damm.
No la tienen y me recomiendan otra parecida. La sirvo en la copa y poco a poco, trago a trago la voy degustando mientras miro el reloj que hay colgado en la pared.

A mi lado un par de Japoneses me piden fuego. hablan en voz baja, se les ve muy felices y contentos.
Otro trago de cerveza, otra mirada al reloj.
Los japoneses se despiden muy educadamente y se van.
Me pido otra cerveza.
Una chica llega a la barra.
Lleva una gran carpeta de dibujo que deja justo delante de su taburete,
se dirige a la camarera y pide una cerveza.
Yo que estaba mirando hacia la entrada,
por fuerza tuve que intercanviar la mirada.

Es pura, clara, segura e inocente.
En unas fracciones de segundo nuestros ojos se hermanan, presentándose y hablando entre si.
El tiempo se para. La cerveza también.

Pedro está en la puerta de la cafetería, pago las cervezas y antes de salir mis ojos se despiden de ella.
Hasta la vista, hasta la próxima.


jueves, 14 de mayo de 2009

psico - tropia

Me siento sucio.
Está todo sucio.
Llevo horas en casa,
no hay nadie.
Esta todo sucio.
Recojo las cosas y las llevo a la cocina, abro el grifo y dejo caer el agua hasta llenar la pica.
Meto los platos y los froto.
Pero las manchas no se van,
desaparecen con el jabón y vuelven con el agua.
Dejo la cocina.
Algo pasa, estoy dando vueltas a la mesa del comedor,
me asomo por la ventana,
con sigilo.
Puede que alguien me vigile,
puede que no. Pero vale mas ser cauto.
Enciendo un cigarro,
mis caladas son profundas.
Los cigarros no apagan mi ritmo,
me ponen más nervioso.
Dónde esta mi mujer? Qué hora será??
No tengo ni idea.
Recuesto mi cuerpo en el sofá,
enciendo otro cigarro.
Comienzo a notar un sudor frío por mis brazos,
que va bajando a mis manos.
Una mota de polvo desaparece ante mis ojos.
Millones de bichos comienzan a aparecer de los restos del tabaco,
del pelo del perro...
Y mi perro?? Estará con mi mujer?
Es posible,
no me acuerdo,
pero los bichos se van acercando lentamente a mi.
No me gustan los bichos,
me arrincono en el sofá intentando alejarme de ellos.
El sudor frío invade mi cuerpo.
Mi polla esta totalmente erecta,
debe de ser por el sudor...o por los bichos.
La situación se esta haciendo insostenible,
recuerdo una charla con un profesor de la universidad,
en la que me recomendó que en momentos de pánico me masturbara hasta el límite.
Así que me bajo los pantalones y saco mi pene,
comienzo a masturbarme rápidamente,
los bichos se están acercando y el tiempo aprieta.
Escucho un sonido familiar,
abro los ojos.
Es mi perro.
Detras de el...mi suegra.



Los bichos se acercan...

miércoles, 13 de mayo de 2009

La ventana


Marc estaba sentado en el salón se su casa.
Delante suya solo tenía una hoja de papel, una pluma y una copa de whisky.
Llevaba horas allí sentado,
inerte,
en silencio.
Solo acompañado de su ser,
de su pensamiento,
de una historia que no continuaba.
Pocas palabras tenía la hoja de papel,
pocas palabras y muchos tachones.
No podía encontrar las palabras que tanto buscaba.
Se levantó para ir al baño,
mientras orinaba unas gotas le iban mojando su cabeza creadas por las horribles goteras que azotaban su baño desde hacía meses y que su casero aún no había arreglado.
Le recordaban lo triste que le parecía su existencia.
- Un hombre sin sombra no deja rastro - Debió pensar.
Atrapado en una pesadilla,
su pesadilla,
nunca eligió un retrato como este,
pero tampoco vio cuando le llegó.
Cerrando la puerta del baño,
como si quisiera cerrar un mal recuerdo,
se dirigió hasta la ventana del salón.
Era un octavo piso.
A el nunca le dieron miedo las alturas,
es más, le gustaba sentir vértigo cada vez que se asomaba.
Abrió la ventana y dejo su mirada fija en la calle.
Las luces de las farolas jugaban con la oscuridad de la noche y sus calles.
Algún gato tan solitario como el maullaba a lo lejos.
Y el silencio abrazaba a la oscuridad.
- No es malo estar solo , es diferente - decía intentando disculparse.
Marc cerró la ventana y volvió al sofá,
mojo la pluma en tinta,
escribió en la hoja
y volvió a dejar todo como estaba.



La ventana estaba abierta.
Marc ya no estaba.

En el folio solo había una frase:
Me fui en busca de mi libertad.