jueves, 16 de mayo de 2013

Humo

Salió del bar, en el centro del raval y encendió su cigarrillo.
Entre la oscuridad y las luces de arriba,
el humo se juntó con la lluvia,
envolviéndolo en sí,
en un baile alrededor de las luces,
haciéndolo espeso.
Entre calada y calada,
pensaba en su cruzada
y se entristecía.
Había borrado casi todo el rastro visual,
pero aun tenía el corazón marchitado.
Recordaba en su cabeza los momentos buenos y los malos,
como si de una batidora se tratara,
mientras el humo,
seguía jugando con la lluvia y la tenue luz de fuera.

Su chaqueta estaba empapada,
tenía frío.
Los cascos sobresalían de la chaqueta,
entrándole el agua hasta el cuello,
mojándole el pelo.
Las zapatillas estaban empapadas
y le llegaba el agua hasta las rodillas.
Pero el frío no apaciguaba su melancolía.

Un paréntesis apareció de repente,
tiró su cigarro con el dedo índice todo lo lejos que pudo,
como intentando tirar lejos todo lo negativo que le habían traído estas últimas horas;
y cuando vio volar el cigarro,
sonrió a la lluvia
y volvió a entrar al bar,
cambiando la cara ante el resto,
ante el mismo.

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