viernes, 16 de diciembre de 2011

En una noche oscura,
una sombra se vislumbra.
Erguida sobre dos patas,
de figura y concepto humano,
pero de podrido interior.

Con su "yo" como bandera,
avanza sin rumbo.
Visualiza objetivos, puros en su mayoría,
para absorber así su energía
y con su desesperación resarcirse de su propia agonía.



Siempre sola y desdichada
avanza tal sombra.
La que llora como mortal,
la que destruye como animal.
En el ombligo su centro está.


Malhumorada por naturaleza es,
de apariencia frágil se disfraza, aunque mordaz es.
Y cuando te deja ver,
solo un tapiz extraño puedes ver.
Pícara y astuta, como un zorro llega a ser...

Y así trascurre su camino,
en busca de almas que culmen su ansia,
presa de tristezas cubiertas de sueños malditos,
llena de ira,
cargada de odio...

Pobre y maldita será en vida,
buscando un abrazo,
robando sonrisas.
Siempre sola y desdichada
avanza su sombra.

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