martes, 26 de abril de 2011

Paseos


Cuando el sol va cayendo aprovecho y estiro las piernas.
Con mi fiel compañero agarrado a la correa dejo que corra libre en el parque cercano.
Allí,
que el sol con su luz menguante refleja las figuras de unos niños jugando al Cricket;
contentos y radiantes,
sonrientes y ajenos al mundo que los rodea.
Reposo mi cuerpo en un banco mientras contemplo la inocencia de los niños...y la de mi compañero peludo; siempre contento, siempre enérgico.
El cielo recoge un mar de colores que poco a poco se van cerrando y oscureciendo.
Un niño a la vista de su padre se apresura a comentarme que mi emplazamiento en el césped está prohibido.Por mi cabeza pasan dos cosas.
Una es la estupidez del humano sin razonamiento ni análisis,
la otra es el torpe recuerdo de una infancia robada por una sociedad cerrada.

La tarde ya cayó,
mi compañero y yo nos retiramos.
Un día nuevo amanecerá mañana...

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