Siento tu voz en mi cabeza,
intento fingir que no es así.
No se si es cobardía,
si es muy tarde,
si me estoy volviendo loco.
Y no me da lo mismo
si tu no estás.
Y no me da lo mismo
si no consigo sacarte de mi cabeza.
Y no me da lo mismo
que no me quieras.
Soy el rey de un castillo vacío,
una cabeza hueca,
el rastro de un rostro borroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario