La sangre corría por sus venas;
en su mente
las imágenes pasaban
a través de un marco roto
dentro de un salón vacío
una luz ténue
el silencio de la noche.
El sabía que debía dejarlo,
olvidar los porqués,
razonar con la pared.
En sus ojos no había luz,
solo un rastro de algo lejano
de un mensaje
de una sensación.
Todo es mentira.
Todo se acaba.
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