lunes, 15 de julio de 2013

En mis manos


Si no crees en magia,
deja que te cuente un momento que bien explica motivos para creer.
Si bien no crees en nada más allá,
es por que posiblemente nunca has estado.
Si bien crees que las sensaciones se eliminan
o son sustituidas por otras sensaciones,
presta atención a la historia que viene.
La historia de unas rastas que pasaron largos años atadas a un ser,
que crecieron, amaron y lloraron con el,
que bebieron, jugaron y rieron con el.
Cuenta la historia de un muchacho cansado de la vida
que un día, en medio de un momento,
de una situación, de un bucle,
decidió separase de lo que más le pesaba
para poder avanzar siendo más ligero.
Y así sus rastas cortó.
Cuenta la historia, que cada una de ellas era una historia,
y en su conjunto eran un ser.
De como un mensaje de alguien que no conocía en persona,
le condujo a entregárselas,
a dárselas a esa persona tan alegre,
pensando que con ella, serían felices,
ya que a el, ya le habían hecho su función.
Cuenta dicha historia,
que después de ese encuentro,
pasó mucho tiempo sin saber nada
y de como el tiempo,
juntó  a estos dos personajes en una historia de diferente contenido,
de como los dos protagonistas, se habían vuelto a cruzar,
de como aquellos dos personajes por fin se habían sonreído.

Cuenta dicha historia, esta historia,
de como de una bolsa,
ella le mostró a el su contenido,
de como aquellas rastas volvieron a estar en contacto con su piel,
de como aquel cabello, llenaba de recuerdos perdidos,
las experiencias pasadas.
De como cada una de ellas, le contaba una historia al oído.
Dónde está la magia? -  se pregunta el escéptico -
La magia está en las personas,
que te demuestran como las cosas importantes,
siguen siendo importantes.
Cuenta de las palabras, aquellas que todo el mundo se pasa pero no lee
y de como aun hay personas que las cogen,
las abren y las leen.
Cuenta la mágica historia de como unas rastas,
pueden contarte historias que creías olvidadas,
de como sus puntas te recuerdan porqués,
de como la fe en las personas, sorprende gratamente
en los momentos menos esperados.
Cuenta como una pequeña lágrima,
se convierte en una sonrisa.

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