viernes, 26 de octubre de 2007

La hucha

De pequeño,
todas las pesetas que veía por ahí,
las cogía y las metía en la hucha.
Tenía pensado comprarme un balón de fútbol de reglamento,
como los de verdad.
Así que llenaba la hucha.
Una mañana llegué del colegio y la hucha no estaba.
Todo mi esfuerzo se había ido a la mierda.
Recogí los pedazos de corazón k
que quedaron
y volví a empezar a llenar otra hucha.
Esta misma situación se fue repitiendo a lo largo del tiempo,
sin poder ahorrar nada,
sin poder comprarme esa puta pelota.
Ahora después de tantos años...
muchas veces me sigo encontrando la hucha rota,
me jode,
me duele,
saldré del pozo,
volveré a ahorrar
y me compraré la pelota!

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