Una de las cosas buenas de Gracia, son las plazas. En vez de gastar en bares, plazeas. Así que en estos días de calor, Cohen y yo, con algunos amigos es lo que hacemos. Y a Cohen particularmente le encanta.
Siempre va suelto, por todas las calles y plazas. Se acerca a los demás perros, juega, no se mete en líos, se sienta ( por que el se sienta ) en los escalones con la gente y exige a la gente que le toca...que le vuelva a tocar. Va con el rabo dando vueltas de felicidad. No para de dar vueltas por todos lados y cuando ya está cansado de que le toquen, se sienta a mi lado. Cuando viene la policía, les mira, se gira y me mira como diciendo " quienes son estos?, me subo en el coche? ". Siempre va buscando quien le toca, quien le da de comer o quien le dice cosas bonitas, pero en cuanto me levanto aparece a mi lado.
Últimamente, me he dado cuenta de que voy conociendo gente, ya que plazeando, cada dos por tres me paro a hablar con alguien. Es una sensación bonita y acogedora. El estar sentado en medio de una plaza, rodeado de más gente y sentir tu nombre a lo lejos, después de tanto tiempo solo, reconforta y anima. Si a ello unimos la libertad y felicidad de mi perro, el pack está completo.
Así que sin darnos cuenta, se nos hacen las 3 o 4 de la mañana, hemos gastado unos 10€ o menos y volvemos los dos felices para casa. Sabiendo que soy lo único que tiene y es lo único que tengo.
Siempre va suelto, por todas las calles y plazas. Se acerca a los demás perros, juega, no se mete en líos, se sienta ( por que el se sienta ) en los escalones con la gente y exige a la gente que le toca...que le vuelva a tocar. Va con el rabo dando vueltas de felicidad. No para de dar vueltas por todos lados y cuando ya está cansado de que le toquen, se sienta a mi lado. Cuando viene la policía, les mira, se gira y me mira como diciendo " quienes son estos?, me subo en el coche? ". Siempre va buscando quien le toca, quien le da de comer o quien le dice cosas bonitas, pero en cuanto me levanto aparece a mi lado.
Últimamente, me he dado cuenta de que voy conociendo gente, ya que plazeando, cada dos por tres me paro a hablar con alguien. Es una sensación bonita y acogedora. El estar sentado en medio de una plaza, rodeado de más gente y sentir tu nombre a lo lejos, después de tanto tiempo solo, reconforta y anima. Si a ello unimos la libertad y felicidad de mi perro, el pack está completo.
Así que sin darnos cuenta, se nos hacen las 3 o 4 de la mañana, hemos gastado unos 10€ o menos y volvemos los dos felices para casa. Sabiendo que soy lo único que tiene y es lo único que tengo.
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