Recuerdo una frase de un anciano, que al verme una mañana hecho ciscos me dijo :
- Los buenos momentos duran poco, así que búscalos y aprovéchalos.
Y eso hice, pero con una pequeña sensación,
la sensación de que esos momentos ( no todos ), los pasaba con gente que simplemente ha ido pasando. Sin más.
Muchas de esas veces, he sentido como si cuando se te acaba la gasolina, esa gente hubiera desaparecido.
Ahora, vuelvo a estar en esa tesitura.
Es la historia del volver a empezar. Elegir bien con quien y ponerse a volar.
Es la historia del mirlo blanco.
Que por lo general es negro, pero en excepciones o variantes, puede haber blancos.
En definitiva : Un bicho raro.
En la historia del mirlo blanco, abandona todo al sentirse marginado, de ahí pasa un tiempo con diferentes personajes, quien más quien menos, se aprovecha de el, haciendo que este a su vez, confunda los malos con los buenos momentos, sumiéndose en un bucle de satisfacción...insatisfecha.
Pero este no es el fin.
Ya que un día, uno cualquiera, el mirlo, aquel marginado, comienza a aceptarse tal y como es y por lo tanto, las cosas poco a poco comienzan a ir como tienen que ir.
Y así, al final vuelve a casa, donde es nuevamente aceptado.
También existe la expresión de creerse un mirlo blanco, que consiste en ir de listo...cuando no se es.
Esta es la historia del mirlo blanco,
un ser puro,
diferente y predispuesto a nuevos conocimientos...manteniendo a salvo su espalda.
Ya no busco los buenos momentos.
Sé que los tengo.
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