Inducidos a la risa,
alterados por la pócima mágica,
seducidos por los sonidos,
la música y la compañía.
Hablando sin parar,
a veces de lo mismo,
otras a medio camino entre las idas y las sin lógica.
Recorrían los mismos metros bajo el intenso calor de una noche húmeda.
Entre el humo verde,
las bebidas y pócimas,
la gente, que no los comprendía,
les sonreía a medio nivel entre la espontaneidad y la descomprensión.
Su nivel de felicidad llegaba a límites de lo normal,
los tres entes sin sombra continuaban su marcha fiel,
entre risas y más risas,
tobillos sensuales...y alguna amenaza " amistosa " a los Dj's...,
contándose cuentos a medias,
cuentos para otras ocasiones,
planes para otros días.
Y así llegaron al ocaso de la noche,
el momento en que las luces reclaman lo que es suyo,
que el sol elimina sus legañas,
que las nubes hacen la cama.
Y después de andar y andar,
dar vueltas por plazas
y abrir la última cerveza,
descansaron hombro con hombro en el
sofá de los sueños acumulados.
alterados por la pócima mágica,
seducidos por los sonidos,
la música y la compañía.
Hablando sin parar,
a veces de lo mismo,
otras a medio camino entre las idas y las sin lógica.
Recorrían los mismos metros bajo el intenso calor de una noche húmeda.
Entre el humo verde,
las bebidas y pócimas,
la gente, que no los comprendía,
les sonreía a medio nivel entre la espontaneidad y la descomprensión.
Su nivel de felicidad llegaba a límites de lo normal,
los tres entes sin sombra continuaban su marcha fiel,
entre risas y más risas,
tobillos sensuales...y alguna amenaza " amistosa " a los Dj's...,
contándose cuentos a medias,
cuentos para otras ocasiones,
planes para otros días.
Y así llegaron al ocaso de la noche,
el momento en que las luces reclaman lo que es suyo,
que el sol elimina sus legañas,
que las nubes hacen la cama.
Y después de andar y andar,
dar vueltas por plazas
y abrir la última cerveza,
descansaron hombro con hombro en el
sofá de los sueños acumulados.
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