Abriendo los ojos,
contemplando la entrada del sol,
que poco a poco dibuja la silueta,
dando forma a unas suaves curvas.
Despertando sin recordar cuanto se duerme,
solo que se duerme.
Abrazando el sueño con fuerza,
notando como el también te atrapa.
Tocar la piel,
buscando en cada rincón
una sensación diferente,
pero igual en esencia.
Jugar con los dedos,
sin que el tiempo importe,
sin que la luz ciegue,
dibujando con los dedos en la suavidad de las curvas.
Volver a mirar el sol,
para mirar al frente y sonreír
hacia una mañana nueva,
entre suaves curvas.
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