Camino por la ciudad del ladrillo,
nadie mira,
nadie toca.
El viento pasa sin mirarme,
la gente atraviesa mi cuerpo sin tocarme.
Las calles se oscurecen
y con ellas mi ser.
Paso como las sombras sin ser reconocido,
paso como el aire,
sin ser olido.
He visto a la muerte en una esquina,
tan elegante y tan apuesta
como siempre.
Ella sí se ha girado al verme
e incluso un ojo me ha guiñado .
Vuelvo la esquina y continuo mi camino.
No expreso,
no hablo,
no paso.
nadie mira,
nadie toca.
El viento pasa sin mirarme,
la gente atraviesa mi cuerpo sin tocarme.
Las calles se oscurecen
y con ellas mi ser.
Paso como las sombras sin ser reconocido,
paso como el aire,
sin ser olido.
He visto a la muerte en una esquina,
tan elegante y tan apuesta
como siempre.
Ella sí se ha girado al verme
e incluso un ojo me ha guiñado .
Vuelvo la esquina y continuo mi camino.
No expreso,
no hablo,
no paso.
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