martes, 11 de enero de 2011

Sombra

Camino por la ciudad del ladrillo,
nadie mira,
nadie toca.

El viento pasa sin mirarme,
la gente atraviesa mi cuerpo sin tocarme.



Las calles se oscurecen
y con ellas mi ser.
Paso como las sombras sin ser reconocido,
paso como el aire,
sin ser olido.

He visto a la muerte en una esquina,
tan elegante y tan apuesta
como siempre.
Ella sí se ha girado al verme
e incluso un ojo me ha guiñado .


Vuelvo la esquina y continuo mi camino.

No expreso,
no hablo,
no paso.


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