Hace un calor de mil demonios hoy en Limbo.
El Sr. Poe y yo llevamos toda la mañana aquí metidos entre juegos de cartas y copas de absenta.
Al fondo de Limbo, en una mesa oscura se atisba la sombra de Fiódor , que cabizbajo observa levemente su copa de Vodka como si de un tesoro se tratara. Entonces, cerca de su mesa, en la salida de los baños Frank andaba nervioso en pasos cortos mirando al infinito repitiendo una frase:
- El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, sólo el petrificado azoramiento de un niño. -
Fiódor levantó la cabeza para ver semejante espectáculo y sonrió levemente, aprovechando su sonrisa El señor Poe y yo le invitamos a sentarse a la mesa, Fiódor levantó la vista y nos dijo muy educadamente:
- Lo lamento caballeros, pero quise tener ingenio demasiado pronto, y heme aquí ahora hecho un imbécil.
Poe y yo volvimos a nuestras cartas y copas.
La tarde se presentaba muy tranquila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario