Tan pequeña,
tan salvaje,
tan bocazas.
Llegó sin hacer ruido,
insistiendo sin molestar,
moviéndose sin parar.
Sin saberlo y sin notarlo,
de la noche a la mañana,
en uno nos fundimos.
Tan pequeña,
tan viva,
tan tenaz.
Dibujó sonrisas en el cielo,
toldos en el patio,
cepillos en el baño.
Habla que te habla,
fuma que te fuma,
en noches de humo.
Tan pequeña,
tan valiente,
tan audaz.
Perdí su rostro en el parque,
entre encajes y reproches,
entre excusas y gilipolleces.
Cabeza gacha,
paso perdido,
alma marchita.
Tan pequeña,
tan cabezota,
tan ella.
Una pulga entró en mi alma,
me picó y me gustó.
Me rasqué y se fue.
Gracias x ser.
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