Ella,
tan mujercita,
tan estupenda.
Ella,
que caminaba en tacones
por todos sitios.
Ella,
a la que le pedía que se los quitara en casa
y andaba de puntillas...
pero con los tacones.
Ella,
que era tan divertida cuando se reía
y que dios le había dado esas preciosas piernecillas.
Ella,
que con los tacones bajaba a los perros.
Que tardaba mucho en maquillarse.
Ella,
que yo la veía mas guapa sin nada,
me hacía más feliz que ninguna
y con la cual reía cada día.
Ella,
tu.
La taconcitos.
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