Voy camino de casa mirando el suelo mojado.
A veces levanto la cabeza,
resoplo y la vuelvo ha agachar.
La calle se abre a mi paso,
mi visión se expande
y busco tu coche aparcado,
pero no está.
Cohen me recibe en la casa vacía,
suena el teléfono.
Mi corazón se acelera,
pero no eres tú.
Intento hilar las palabras para mantener la conversación.
Cuelgo el teléfono y miro si tengo llamadas perdidas.
No comprendo mi teléfono,
como no comprendo tantas cosas.
Saco a Cohen a pasear,
miro la calle,
vacía y fría,
como yo.
Volvemos a casa,
abro la puerta del portal y un coche pasa lentamente,
pero no eres tu.
Mañana será un día extraño sin ti.
Mañana me sacan de mi letargo y me transportan a la ciudad del humo,
mañana mis sonrisas no serán dulces,
mañana no será igual.
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