martes, 27 de septiembre de 2011

Mañanas que son mediodías


Las horas pasan rápidas esperando el momento.
Un momento para que?, un momento para algo llamado esperanza,
esperanza en aquello que te niegan.
La oscuridad de la noche crea más pensamientos en mi cabeza, aquellos a los que renunciaste, aquellos que impugnaste.
Las horas siguen pasando, ya es hora de levantarse y el sol aun no ha salido pero te encuentras fresco como un rosa.Das los últimos estirones en la cama, te lavas la cara, te vistes y sales en dirección estación de autobuses.


Los nervios son una mala pasada, sobretodo si no confías en la justicia.
Casi hora y media en el bus para llegar a Granollers dándole al coco mientras la persona que tienes al lado trata de calmarte con sonrisas cómplices.
Hora y media en bus...para llegar hora y media antes...y seguir nervioso. El presente pinta negro y poco a poco va manchando el futuro. Siguen las cavilaciones.

Llega mi abogado mientras acabo un cigarro hasta la extenuación.
Llego al control de metales, me quito el bolso y la chaqueta para ponérmelos después como me dejaban mis manos. Mi abogado se va un momento para ponerse la toga mientras yo volteo la cabeza por toda la sala, localizo el piso al que vamos y los ascensores que nos llevarán hasta el.
Subimos a la 5ª planta.
Unos bancos en el centro, con oficinas a ambos lados y mucha gente moviéndose. Me fijo en la gente de mi alrededor; abogados, empresarios estafadores y ex-empleados estafados.
Hay un chico detrás mía con una camiseta de Star Wars. Tuvo un accidente en el trabajo que casi le cuesta la pierna y su jefe para agradecérselo le deja de patitas en la calle. Otra chica en un banco más alejado, no mueve la cabeza.Mientras la llaman de
una de las oficinas un amigo que esta a su lado se levanta para decirle a la mujer de la oficina que los abogados de ambas partes están hablando fuera. La chica sigue sin girar la cabeza si no es para hablar con su amigo.

Continuo sentado, esperando que alguien venga y me diga que ya me puedo ir a casa, pero la parte demandada no viene. Aún así toca esperar mas.
Por fin pronuncian mi nombre. Ahora toca bajar a la sala del juzgado. Mas espera, mas nervios.

Unos tíos están esperando para entrar al juzgado donde me han citado. Mientras esperan, charlan sobre prensa rosa/deportiva. Entre risas entran a la sala mientras una secretaria llama a la parte demandada que tampoco ha acudido. Uno de los chicos antes de entrar espeta un:
- Que se presenten si tienen hüevos! -


5 minutos después salen de la sala igual de
animados que entraron. Mi turno.
He dicho antes que odio los juicios??
Mi abogado se sienta a un lado, dejando delante de mi a la Juez y el secretario. Después de unas preguntas y un transpapeleo por parte de mi abogado, la visita se cierra con la vista puesta en el siguiente juicio.


Así que mis nervios, mi acompañante y yo nos vamos de vuelta a casa.
Una cerveza ( de celebración? ), una larga espera al Bus mientras observamos una mudanza y otro caminito de hora y pico ...hasta llegar por fin a casa...8 horas después!!

1 comentario:

zipi i zape dijo...

Larga espera, interminable. Imagino por lo que estás pasando y me duele no poder darte la mano. Sé por lo que luchas, luchamos por ello en su momento, y ahora desde la distancia solo puedo enviarte un abrazo. Y fuerzas, fuerzas para seguir luchando, pues a pesar de no estar alli te digo que no estás solo, comprendo y comparto tu causa. Ánimos pulu, piensa en el final del camino que has emprendido... piensa en ti y en la calma después de la tormenta. Mil petons.