miércoles, 17 de diciembre de 2008

Las lineas discontinuas


Un pequeño repaso por las tierras del abismo,
con sus caminos embarrados,
el horizonte oscuro y desolador.
Hasta ahí cayó en desgracia mi mente,
sin darse cuenta,
sin luchar por salir,
una corriente de agua me mecía lentamente,
sin sentirme bien por hacerlo,
sin sentirme mal por dejar hacerlo.
No hay margen de pensamiento,
ni lucidez.
La línea discontinua hace imposible apartar la vista
y poder mirar el paisaje.
Pasan y pasan,
y lo único que esperas es poder mirar la siguiente,
y la siguiente...
El humo se pone en mi camino,
pierdo la línea discontinua,
mi visión se aclara,
el humo amigo rescata mi cuerpo
y pone a la mente en su sitio.
Aquel humo que nunca tuve que dejar,
aquel que esperaba paciente mi regreso.

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