jueves, 31 de julio de 2008

La parábola del abuelo


Sentado en la heladería,
degustando un dulce batido de vainilla
observo a mi alrededor toda la gente que acude a este lugar.
Madres e hijos;
ciclistas cansados;
turistas...
pero por encima de todos
son los ancianos los que más me llaman la atención.
Me los imagino hace años,
cuando eran pequeños y tomarse un helado era lo más preciado del verano.
Como ahorraban hasta el último céntimo para poder disfrutarlo,
o como guardaban la paga de los domingos para poder ir después a la heladería.
Sus primeras citas con chicas...o actualmente,
cogiendo esos helados,
posiblemente siempre los mismos,
para llevarlos a casa de su hijo el domingo y tomárselo en el postre con sus nietos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pedix no puedo quedarme con Cohen, si me pilla la dueña del piso me cae un puro que flipas. lo siento, si fuesen menos dias cap problema pero una semana entera no puedo. dime algo vale.