La NADA ha ganado a mi mundo,
pero antes recogí un poco de musgo.
Planto tierras nuevas, rellenas de riqueza,
sin que la luz entristezca.
Pesados son los días sin luz,
cuan más pesada es la vida sin vida.
De colores pálidos se despide el día
y con la mar en calma anuncia que ya es mañana.
Anúnciame antes que nada,
pero recuerda no apartarme de la manada,
apaciguar la dulce brisa
y con ella llegar a ser amada.
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