Decepcionado estoy del mundo,
de sus súplicas,
de sus caricias.
Decepcionado me muestro ante la vida,
que mucho me quita,
que poco propone.
Si el latir de mis sentidos,
es el llanto del herido,
que postrado ante la muerte,
su imagen se pasaba.
Es tan tardía la osadía?
Enciendeme las velas del camino,
muéstrame si hay vía en este destino.
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