viernes, 26 de enero de 2018

Fin del capítulo




Ya no se puede caer más bajo,
he sacado mis demonios,
he sido un tonto.

He buscado con ahínco el amor,
me he volcado en el,
mostrando mi alma.

Me he desnudado,
confiando mi suerte en lo que creía,
perdiendo la sombra cuando mejor la tenía.

He gastado mis balas,
mis poemas,
mis sonrisas.

He jugado a un juego llamado amor,
al que no estoy invitado,
en el que siempre pierdo.

He sido un parche para algo que no comprendo,
un juguete nuevo pasado de moda,
un infame producto sin garantía.

Y eme aquí de nuevo,
tonto y solo,
colocando las palabras de mis lamentos.

No todo es malo,
pero tampoco es bueno,
no ser o no sentirlo.

He de juntar a mis lobos,
al blanco
y al negro.

Darles de comer lo mismo,
que no gane ni el uno,
ni el otro.

Para encontrar el equilibrio perfecto,
para no volver a sonreirle al amor como un inepto,
valorar más mis adentros.

Pongo fin a un capítulo hermoso,
al igual que tormentoso,
en un libro llamado recuerdo.

No debí confiar,
no debí dejarme llevar,
no debí volver a amar.

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