miércoles, 18 de marzo de 2015

En estos días

La realidad o resumen de todo lo ocurrido en mes y poco es qué;
Ahora, sentado en el sofá escuchando música y fumándome un peta : se está bien.
Fueron semanas ( las primeras ) difíciles. Mucho trabajo, muchas dudas, mucho tiempo...solo con mis pensamientos. Me despedía de un barrio querido, donde me sentía realmente bien y estaba integrado. Había muchas cosas en ese pisito, y no se querían recoger solas. Se juntaban demasiados aspectos y una yerba muy densa con la realidad. Tenía que recoger las cosas y mudarme.
Con el paso de los días fui tirando cosas que no necesitaba, volviendo a recopilar las cosas, igual que en otras mudanzas, para su posterior puntuación. Es decir, las gilipolleces que te guardas en fiestas como gorros de bebidas, gafas que lucen, DVD´S que no valen nada...todo, menos los libros y la música.
Pero realmente no fue hasta que llegaron mis padres. Ahí me puse las pilas.
Poco a poco se fueron haciendo viajes al otro piso, poco a poco me despedía por las mañanas de mis calles: Torrent de les flors, Encarnació, Astúries, Verdi...tantas y tantas como plazas tiene el barrio.
Me despedía del metro de las mañanas, de el chatarrero Rumano que hablaba Uruk haiano a grito pelado, de mi vecina ( tocachinchiya ) y sus mil cerrojos, de mis vecinos Libaneses donde pasé momentos importantes comiendo en el restaurante, los Indus de la tienda de comida, con su encantadora señora o el bar Speed donde comí mi primer día allí. El Kebab de la esquina, el cual estaba gafado el Atlético cada vez que veíamos un partido allí, o del Ikastola y su terracita, el cine Verdi ( algo que amo ), el señor educado que vendía pañuelos entre Virreina y Diamante, tantas cosas...


Me despedía de una pintada en la pared, de una llamada por la ventana, del sonido del timbre de la bici, o cuando por la noche algún borracho que no tiene nada mejor que hacer...tocaba el timbre de la bici mil veces. De las conversaciones de la gente a las tantas, que en el piso se escuchaban como si estuvieras presente allí.
Me despedía de la duda: ...si me tiro un pedo, me escuchan en el portal? Claro, es que había un tubo en el baño; no sé a donde iba, como una salida de aire...Pues un día mirando en el portal vi que a la altura de mi piso, salía a ras un tubo igualito que el de mi casa. Nunca hice una prueba.
El día que sacamos los muebles, una parte de mi estaba triste. Los muebles amontonados en la calle, esperando que llegue el camión de la basura...y su final.
Por otra parte...era un montón de basura! Pude comprobar, que esa esquina de la calle es como el triángulo de las bermudas; lo dejas, te das la vuelta y ya no está!
Todos esos recuerdos, bacterias y demás cosas se fueron.
El día que entregaba las llaves, viéndolo pintado y vacío, mientras fumaba y daba un último adiós, me senté en la ventanita y pensé ; Coño! pues se ve más grande.


Y al fin pude respirar. Sabéis lo que es una mudanza con unos padres jubilados?? No? pues aquella mañana significaba que ya no tenía que hacer más viajes. Mi padre me decía a todo que no: - Una calle, la ronda, una casa antigua...el, ni siquiera es de aquí no tiene ni idea de donde va. Pero si tú le dices izquierda, el te dirá derecha. Solo por joder, pero lo hará.
- Comer con la Tv. o la Tv. en general. La odio, y comer con ella más.
Y así, comenzó mi vida en Poble Sec. Un piso cuatro veces más grande, con patio y puertas!
Los primeros días fueron muy extraños. Iba a trabajar por la mañana y mi madre, nada más oírme ya tenía un café preparado ( me levanto a las 08.30h! ). Después de una jornada intensa de kurro, volvía a casa, donde todo el mundo daba vueltas alrededor mía, no paraban de hacer cosas. Lo veía todo en Time Lapse.
Papá, Mamá: vuestro hijo os quiere, aunque le saquéis de quicio.

Por Fin duermo en mi cuarto, las cosas poco a poco van pillando forma. Los cambios siempre son para avanzar, a veces no sabemos ni para que. Cambiamos las calles de Gracia, por la calle Creu de Molers, por Blai, por el Grec o Montjuic, por muchas cosas que aun ni las sé.
Cambio el metro por caminar hasta el kurro mientras escucho música y miro el cielo. Por tener un patio donde ver el sol y las estrellas, donde en cualquier momento, el colgado del vecino de delante puede berrear sus sonidos guturales y su madre habla como cañita brava. He cambiado un edificio donde no conocía a prácticamente ninguno en dos años allí, a otro donde me parece a mi....que aquí hay radio patio!
He cambiado un colchón hecho mierda con dos palés destrozados en el suelo, por una cama anclada a la pared...orientada a un espejo. El colchón es mejor que el anterior.
Incluso ya he tenido que cambiar el Router por un extraño caso de meadas anónimas!!!
Pero siento la energía renovada como un bifidus!.
Y ahora, después de todo esto, tres petas y buena música...estoy tranquilo!





Niobe, también te quiero. Estas fotos son suyas. La gran mudanza que hizo, que se lo kurra cuando quiere. La muchacha está ahí pero...no te fumes mi yerba sin mi!

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