Entonces ella dijo que no.
Y lo dijo con soltura.
Una losa de confusión aplastó su esperanza,
un enjambre de abejas atacó su mañana.
Mucho aire y valentía tuvo,
para decir con hombría aquello que debía.
Pero ella dijo no
Y todo voló en cenizas...quizá tardías.
Todo se escapó ante sus ojos,
un largo viaje,
una breve brisa,
un paso que creía que no daría.
Pero ella dijo que no.
Y aun así él tragó saliva
y sonrió la triste realidad sin salida,
de una noche húmeda e insípida retahíla.
En un abrazo se fundieron,
no solo sus cuerpos,
sino sus sueños,
para un mañana sin sus besos.
Pero aún así,
todo murió con sus versos,
sin terminar con prosas inconexas,
sin terminar con los cuerpos revueltos.
Y lo dijo con soltura.
Una losa de confusión aplastó su esperanza,
un enjambre de abejas atacó su mañana.
Mucho aire y valentía tuvo,
para decir con hombría aquello que debía.
Pero ella dijo no
Y todo voló en cenizas...quizá tardías.
Todo se escapó ante sus ojos,
un largo viaje,
una breve brisa,
un paso que creía que no daría.
Pero ella dijo que no.
Y aun así él tragó saliva
y sonrió la triste realidad sin salida,
de una noche húmeda e insípida retahíla.
En un abrazo se fundieron,
no solo sus cuerpos,
sino sus sueños,
para un mañana sin sus besos.
Pero aún así,
todo murió con sus versos,
sin terminar con prosas inconexas,
sin terminar con los cuerpos revueltos.
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