180 escalones,
subidos por última vez.
Un cuento de navidad,
un cuento de esperanza sin resultado.
Dos vasos de granizado,
amarillos,
sin lavar...
Pulseras de muñeca,
guardadas en una caja.
Cuadros que no me sirven,
pinturas que han perdido su color.
Luces a punto de apagarse en un pasillo largo,
que en breve quedará oscuro.
Un sueño apartado,
aparcado,
dolorido.
Unas llaves,
de algo que una vez compartí.
Apago la luz.
Un nudo recorre mi cuerpo,
sube a mi estómago y se instala en la garganta.
Cierro la puerta.
Dejo la magia,
aunque guardando algunos polvos para mi,
- Para mañana! - Me digo;
para cuando los necesite.
En 180 escalones,
resumo mi estado,
cada escalón es un nudo menos,
cada piso inferior es un adiós al querer,
cada paso por el rellano es un atardecer marchito,
con la puerta digo adiós,
cuando la cierro,
digo hasta otra.
subidos por última vez.
Un cuento de navidad,
un cuento de esperanza sin resultado.
Dos vasos de granizado,
amarillos,
sin lavar...
Pulseras de muñeca,
guardadas en una caja.
Cuadros que no me sirven,
pinturas que han perdido su color.
Luces a punto de apagarse en un pasillo largo,
que en breve quedará oscuro.
Un sueño apartado,
aparcado,
dolorido.
Unas llaves,
de algo que una vez compartí.
Apago la luz.
Un nudo recorre mi cuerpo,
sube a mi estómago y se instala en la garganta.
Cierro la puerta.
Dejo la magia,
aunque guardando algunos polvos para mi,
- Para mañana! - Me digo;
para cuando los necesite.
En 180 escalones,
resumo mi estado,
cada escalón es un nudo menos,
cada piso inferior es un adiós al querer,
cada paso por el rellano es un atardecer marchito,
con la puerta digo adiós,
cuando la cierro,
digo hasta otra.
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