El golpe fue seco.
Enseguida noté como brotaba la sangre,
bajando de mi frente al ojo,
tiñéndose momentáneamente la vista de rojo.
No me giré,
seguí con la vista al frente,
pidiendo un trapo a mi compañero,
ante su cara de miedo.
Caminé tranquilamente hasta el almacén
y me senté esperando a que dejara de sangrar.
No notaba nada.
No siento el dolor.
Mientras mis compañeros iban a la farmacia,
miraba mis manos empapadas en sangre,
me puse delante del espejo
y observé la herida.
Una brecha en forma de rayo salia de la frente,
la sangre palpitaba,
y la frente,
poco a poco se hinchaba.
Volví a sentarme,
me lié un cigarro y busqué el mechero.
Entre calada y calada,
colocaba el hielo sobre la herida.
Lexter me llevaría al hospital.
Mientras la esperaba,
unos rumanos se pusieron a mi lado en la calle,
al preguntarme si podían ponerse allí,
miré mis manos,
llenas de sangre seca y pensé que quizá podía ser un buen reclamo para su causa.
Por fin en el hospital las típicas preguntas,
si duele,
si me mareo, etc...
cuatro puntos,
uno por cada centímetro de brecha.
El contacto de la aguja con mi piel era áspero,
pero agradable.
Cuando el médico tiraba para hacer el nudo,
notaba como si mi piel fuera cuero.
Punto y final,
de vuelta para casa.
Cicatrices de Lobo...PARTE....?
Enseguida noté como brotaba la sangre,
bajando de mi frente al ojo,
tiñéndose momentáneamente la vista de rojo.
No me giré,
seguí con la vista al frente,
pidiendo un trapo a mi compañero,
ante su cara de miedo.
Caminé tranquilamente hasta el almacén
y me senté esperando a que dejara de sangrar.
No notaba nada.
No siento el dolor.
Mientras mis compañeros iban a la farmacia,
miraba mis manos empapadas en sangre,
me puse delante del espejo
y observé la herida.
Una brecha en forma de rayo salia de la frente,
la sangre palpitaba,
y la frente,
poco a poco se hinchaba.
Volví a sentarme,
me lié un cigarro y busqué el mechero.
Entre calada y calada,
colocaba el hielo sobre la herida.
Lexter me llevaría al hospital.
Mientras la esperaba,
unos rumanos se pusieron a mi lado en la calle,
al preguntarme si podían ponerse allí,
miré mis manos,
llenas de sangre seca y pensé que quizá podía ser un buen reclamo para su causa.
Por fin en el hospital las típicas preguntas,
si duele,
si me mareo, etc...
cuatro puntos,
uno por cada centímetro de brecha.
El contacto de la aguja con mi piel era áspero,
pero agradable.
Cuando el médico tiraba para hacer el nudo,
notaba como si mi piel fuera cuero.
Punto y final,
de vuelta para casa.
Cicatrices de Lobo...PARTE....?
No hay comentarios:
Publicar un comentario