- Donde se esconden los sueños? - Preguntó el niño al feriante
- Los sueños no se esconden, los sueños permanecen; pero hay veces en los que no es su momento y tienen que esperar a salir - Le dijo al niño a la entrada de la montaña rusa.
El niño, mirándolo atentamente, subió al vagón y mirando fijamente al feriante dijo:
- Levantaré los brazos todo lo que pueda, para atrapar alguno de los sueños que se haya quedado atrapado por aquí. -
- Entre vueltas y vueltas corres el peligro de perder los tuyos - dijo el feriante - así que yo cogería bien fuerte los míos, ya que solo a ti te pertenecen y eres tu el responsable de poder cumplirlos...o no! - Replicó el feriante
Así el niño perdido entró en la montaña rusa del mañana, donde abrazó fuertemente sus sueños y mientras daba vueltas y vueltas imaginó otros nuevos a su vez. Donde aunque siguiera siendo un niño perdido, sus sueños podrían seguir siendo hermosos.
1 comentario:
Perseguir un sueño tiene un precio muy alto pero no más alto del que se paga si se abandona... Sólo que hay que ponerle más corazón y ganas para poder superar todos los obstáculos que aparecerán... Abandonar un sueño es el camino fácil (lo digo por experiencia) aunque con el tiempo, el precio, quizá es más alto...!
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