Mi querido diario pandémico
La gente tiene ampollas de tanto aplaudir por todo.
Que si la sanidad, que si el señor que pasa por la calle, aquel que se lleva cuatro hostias de la poli por sacar al perro, al policía que da las hostias, al que pone buena música, al sol...aquí se aplaude por todo.
También hay muchos nervios. El fenómeno de la abuela en el balcón gritándote:
" Niño!!!!! niño!!!!!!! recoge la mierda del perro!!!! ( aunque no lo tengas )
Como decía, dicho fenómeno, que antes no te daban el carnet si tenías menos de setenta años, se ha extendido a todo aquel ser o ente, pegado a la tele mierda 16h al día, que directamente y desde su balcón, pide penas de cárcel para los vecinos que están en la calle.
Dentro de esta categoría, también se encuentra el soplapollas que llama a la policía y pide sanciones ( money ) y contundencia ( dos hostias bien dadas! ). Así sus vidas miserables tienen un motivo para sobrevivir.
También está el efecto discoteca.
Este medio día ( 12.00h ) varios vecinos, con bocinas y silbatos...y que coño, a grito "pelao", apelaban a que estaban trabajando para que algún vecino, no se cual; bajara la música.
Lo gracioso del asunto, es que varios de estos vecinos del "orden", proferían los gritos hacia mi casa.
Por qué yo lo valgo. Por supuesto, ni nadie a pedido disculpas por su nulo oído, ni yo he entrado al trapo con insultos; quemaré sus casas cuando pueda salir de aquí.
Al habernos recluido, no recortada; si no arrebatado nuestra libertad en prácticamente todos los aspectos, negándonos incluso el contacto humano. Los que estamos solos o en mi caso, que prácticamente lo paso solo, cuando bajo al super doy abrazos a las cajeras. Ayer me fijé en que han puesto una especie de mamparas en las cajas. Me quedé sin abrazos.
O incluso ayer estuve persiguiendo a un chico por el super. Pasillo que iba el, pasillo que yo también.
Así de triste es mi contacto humano.
Y si hablamos de "otro contacto humano", me subo por las paredes. Pero tranquilos; en la intimidad de mi hogar.
Llevo tres días sin poner sábanas en mi cama. No sé si es desidia o que me asusto de mi mismo por saber que son tres días.
Claro, si no tenemos un tiempo marcado...qué cojones importa!
Veo que mucha gente hace bromas con Wilson, aquella pelota de la película Náufrago. Pues como siga así, en vez de comprar una, seré yo al que regalen al tal Wilson. Pack completo.
Comienza a haber escasez de "víveres" fumables.
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