martes, 1 de diciembre de 2020

El payaso sin suerte

  



Se apagaron las luces

después del espectáculo.


La gente aplaudió con júbilo 

y salió con orden de la sala.


Los técnicos recogieron el equipo,

los actores brindaron contentos,

los productores contaron billetes.

Y el payaso?


El payaso se sentó en el escenario

secando sus lágrimas

sin buscar consuelo

 ni porqués.

Viendo que cada noche cambiaba el guion

y que al final

el show que llevaba su nombre

 siempre acababa igual.


Para esa noche

preparó un número con una pulga

que encontró semanas atrás en su cama.

Pequeña

asustada

nerviosa

aunque a la vez viva

alegre

eléctrica.


Entre migas de pan y canciones se hicieron amigos

jugaron 

rieron

y soñaron.


Esa noche el payaso salió confiado al público

pero al abrir la diminuta caja de la pulga

ante su sorpresa

se halló que estaba vacía.


El público rompió a reír

viendo a el payaso

arrodillado ante la caja

llorando desconsolado.


Fue una historia corta

pero una más triste

en la vida del payaso

que ya todo lo ve de paso.




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