Mandé a la mierda todo;
dejé hablar al corazón;
grité al aire mi ira;
alcé la vista al cielo
y respiré.
Envolví pesadillas entre sábanas;
curé en alcohol las heridas;
fumé a pulmón la ansiedad;
maldije la impotencia en la oscuridad de la noche.
Desperté con la luz en la cara,
el cante de los pájaros,
la brisa de la mañana,
la claridad del alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario