Hace un día precioso en Barcelona,
sentado en una terraza de la plaza del sortidor en poble sec,
soy la única persona que contempla la belleza de la lluvia.
Buscando la manera de salir de lo que
ahora si,
considero una depresión,
que sin darme cuenta ha acabado engulléndome,
como las croquetas que contempla jugosamente mi fiel compañero canino.
Dicen que la lluvia limpia impurezas,
es lo mínimo que le pido,
ahora que vuelvo a casa para calmar mi mente.
Reorganizarme y pensar en el siguiente paso a dar.
La lluvia sigue cayendo,
la plaza se mantiene en silencio,
otro día pasa como una página del calendario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario