Me duele el alma, quebrada de nuevo.
Pensamientos añejos, bañados en lágrimas.
Me duelen las imágenes, aquellas que no puedo borrar.
Me mata mi insufrible e interminable estupidez, que a todo doy y excrementos recojo.
Canciones que aparecen de la nada, siendo repetidas una y otra vez desde dentro.
Aquella incesante sensación del error, que no me deja descansar;
Que las drogas no borran, que los ojos, en todo su esplendor aun proyectan en bucle.
Me duelen las palabras,
todas y cada una de ellas.
Martillean mi cerebro, nublan mi triste sonrisa y escasa seguridad,
me sumergen a aquel pozo del desengaño en el que jamás quise volver a caer.
Me duele la sensación del triste perdedor, que juegue o no, sus cartas quedan para siempre marcadas.
Me puede la lúgubre sombra de la amargura a mi espalda,
acechando cualquier atisbo de luz para llevársela con ella.
Me martiriza aquella sensación;
antes de la batalla, las sombras ya festejan su victoria.
Aquella apatía marchita,
aquella pusilanimidad enjuta,
pero tenaz.
Aquellas sensaciones clavadas en mis flacos huesos,
de actos sin actor, de actor sin alma.
Y muero,
muero de nuevo,
de cuerpo y de mente,
de presente y futuro,
de palabras e imágenes,
de momentos creados en un bucle de papel charol.
Coloridos, pero opacos en si.
Y pienso, en todas aquellas formas de matar esta sensación,
de averiguar como sobrellevarlo, que poner en su lugar;
un lugar reservado en principio para ella,
ahora vacío, sin nada más que dolor.
El dolor que una vez fue color, y ahora, punzando, escarmienta mi ser,
martilleando las horas en el reloj, con la vista aún negra, invisibles las lágrimas que una vez ocuparon su lugar, se desvanece y zigzaguea hacia las estrías más míseras.
Me angustia la sensación del adiós cuando aun no conoció el renglón;
donde las palabras se amontonan y se mezclan sus significados.
Me duele el ataque sin ton al poeta,
al amante,
al alma errante que escribe de día, lo que pensó de noche.
Y me martiriza, aquella sensación del decirle adiós al ayer...aunque una parte muera en ello.
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