Vuelvo a la mar.
Entre los dedos arena,
en la cara sol y una sonrisa.
Como la arena que se lleva el viento
y reposa en otros lares.
Como el aire de la costa,
que refresca y quema.
A la derecha pulseras y cicatrices,
a la izquierda lugares que antes eran de alegría
y ahora de lejanía.
Hundo los pies en la arena,
observo el horizonte
y le sonrío con ironía a la vida.
Debajo del agua nada me molesta,
todo es silencio acuático e imágenes borrosas,
que vuelven rojizos mis ojos
y mi piel oscura.
A la mar he vuelto y a ella he de regresar,
para nunca más regresar.
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