Atrapado en una cama,
a un cable conectado
contando las gotas de suero
que entran por mis venas.
En silencio conmigo mismo,
cantándole al vacío,
allá donde se esconden las preguntas sin respuesta,
allá donde se ocultan los miedos.
Anclado en un estado sin estar,
ahogado entre dudas y futuro,
abandonado por la luz y la sonrisa,
arropado por el ángel de la bondad...
Un pañuelo y una navaja,
una sonrisa y una enfermera,
un cigarito y una caricia,
una mirada allá abajo y un no pensar en alto.
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