Lugares que no cambian,
amistades que se reencuentran,
se alegran, abrazan, lloran.
Ciudades vividas, en otras vidas.
Nervios y conversaciones,
huesos helados por el frío,
por los reveses de la vida,
por olvidarse de uno mismo.
Análisis y más análisis,
sin poner mierda en aquellos que nos lastimaron,
aceptando tu propia responsabilidad,
encontrando respuestas entre grietas.
Noches que se vuelven días,
con tiempo que se difumina
entre cafés y sonrisas amigas.
Sol tenue con olor a naftalina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario