martes, 10 de septiembre de 2019

Menú degustación


Duelen como puñales en el pecho,
las duras palabras y los gestos sin receso,
las prohibiciones o consejos,
los muros interpuestos.

Duelen los momentos,
cuando tocas las hojas en el rocío,
las sonrisas compartidas,
y ahí de pronto la hostia infinita.

Duele rogar a la nada,
para que todo pase,
para que no enturbie el ambiente,
para poder disfrutar la velada.

Duele la violencia gratuita,
los cigarros a escondidas,
el nudo en la garganta,
la impotencia repentina.

Duele perder la energía,
entre imágenes marchitas,
acusaciones sin fundamento,
siendo el blanco perfecto.

Duele no poder celebrar algo tuyo,
por un solo momento,
sin pedir por favor,
que acabe ya todo esto.

Duele saber que te aman,
aunque te rompan por dentro,
te sangren las manos,
te mueras por pena.

Duele tener que escribirlo,
a corazón abierto,
para tejer las heridas,
para sonreír de seguida. 

No hay comentarios: