martes, 30 de abril de 2013

Siente

No sé es cobarde por decir lo que se siente.
Caminaba solo bajo la lluvia,
pensando en sus palabras,
mojando sus recuerdos.

Si no se dice lo que se siente...
...se pudre dentro de ti,
marchita su sentido,
mata su razón,
endurece su alma.

Dolor,
dolor notaba en su corazón.
El sabía de sus errores,
pero también sabía que no hay nadie perfecto.
Y no era una excepción.




Si no se dice lo que se siente,
no avanzas como persona,
no abandonas los pensamientos,
no descubres...
...o encuentras aquellos pensamientos
de lo que un día fuiste,
de lo que un día serás.

Llovía,
y la ropa ya había cedido al agua.
Medio paso más,
medio charco dentro.
La luz de las farolas reflejadas en el suelo,
le recordaba el camino a OZ,
de color amarillo.
Las zapatillas se deslizaban por el suelo,
patinando de tanto en tanto,
haciendo que jugara a no caerse.
Mientras pensaba:
- Se está mejor en casa que en ningún sitio.

Si no se expresa lo que se siente,
carece de sentido sentirlo,
carece de valor la razón,
carece de fecha el amor.




negro,cuando el día oscurece, cuando se hace de noche,¿por que me siento tan mal?por que me pongo tan triste?...
el fuego es un elemento curioso, es relajante, pacífico por fuera, y sin embargo poderoso y destructivo por dentro. oculta algo no lo olvides, igual que las personas, a veces tienes que acercarte mucho para averiguar que esconde, sin embargo otras tienes que llegar a quemarte para descubrir la verdad...

Comienzos

Cae la noche en un nuevo principio.
Todo es confuso,
nuevo,
excitante,
pero terriblemente solitario.

En un sofá incómodo
y al que le falta un cojín,
intento poner mi cuerpo
y taparlo con un saco de dormir.

No se oye nada,
solo las cuatro paredes,
que serán mi nuevo hogar,
que son mi nuevo principio.



sábado, 27 de abril de 2013

Lluvia

Caminando bajo la lluvia,
de camino a un piso vacío,
la lluvia ilumina mis pasos,
que inconscientemente, siguen un camino amarillo
marcado por el color de las farolas.

Levanto la cara, para que el agua choque contra ella y sonrío.
Le sonrío al infortunio,
a la ironía,
al final de esta pesadilla,
o al principio de una peor.

Pero sigo andando,
sin prisa, ya llegaré.
Por mis zapatillas,
el agua ya se ha filtrado hasta los calcetines,
y de ahí a los pantalones.

Poco importa ya,
no hay prisa.

El camino recuerda al anterior,
el mismo orden,
las mismas calles,
pero voy más allá.

Saludo a la sagrada familia mientras enciendo un cigarro
y continuo mi camino.
Piso un charco,
pero poco importa,
hace tiempo que podría ir descalzo.

A lo lejos una chica con las puntas decoloradas.
Será ella?, continuo andando?, me detengo?.
Pero no lo es,
respiro y continuo.

Un sombrero me encuentro en medio de una calle,
es bonito,
de mujer,
pequeño.
Lo cojo y continuo,
miro hacia arriba.
Ya he llegado.

Entro en la casa,
me quito la ropa mojada
y la cambio por ropa limpia,
seca,
cómoda.

No hay perro esperando,
no hay gata exigente,
no hay nada en las sábanas.

viernes, 26 de abril de 2013

Un mundo feliz

El remordimiento crónico,
y en eso están de acuerdo todos los moralistas,
es un sentimiento sumamente indeseable. 
Si has actuado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus esfuerzos a la tarea de portarte mejor la próxima vez.
Pero de ninguna manera tienes que entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas. 
Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse.

Aldous Huxley

jueves, 25 de abril de 2013

Siempre tarde, nunca a tiempo

Cuando las cosas no llegan,
corres.
Cuando corres,
te despistas.
Cuando te despistas,
te desorientas.

Esperé una sonrisa,
espere un abrazo,
esperé una llamada,
esperé y no desesperé.

Pero llegaba tarde,
como siempre.

Sentado esperé de nuevo,
sonreía a la mañana,
a  los colores de la tarde en la Sagrada Familia,
a los vecinos que coincidían sacando el perro en la calle...

Mis manos volvían a crear,
mi cabeza iba a mil de ideas,
pero llegaba tarde.

Lavando mi cara de esperanza,
cargaba fuerzas,
me ponía en marcha,
andaba con la cabeza alta...
...pero llegué tarde.

Por las noches,
mi cuerpo cansado cobraba vida,
mi corazón bombeaba con fuerza,
mi sueño...
...desaparecía.

Cada día,
pasaba a otro día,
a otra noche sin sueño.
Abrazando el vacío,
esperando el mañana.

Llegué tarde...
...encontré la hora.

Sentado en un parque recordé mis inicios,
y aunque ya lo hiciera anteriormente,
volví a jurarme que nunca más,
volví a salir del pozo del amor,
del desgastado,
perverso,
he injusto amor,
o lo que llamen amor.

Ya no tengo hora de llegada,
mi reloj a parado.
Me tomaré un té con el conejo.

Vagabundeando

En la calle, se tiene mucho tiempo para pensar,
para meditar en uno mismo,
en lo que le rodea,
en sus errores y sus defectos.

En la calle, se tiene tiempo para observar,
toda la gente saliendo como en una maratón.
La gente que va a trabajar,
los niños al cole,
los modernos con dos copas de más;
mezclándose con los veteranos borrachos,
que hablan solos y le gritan a las farolas.

En la calle, con una bolsa con mis pertenencias,
camino con los ojos bien abiertos para no perder detalle,
para impregnarme de esta ciudad que tanto he buscado,
y que tan alto he pagado siempre el precio.

El viento golpea mi cara,
para recordarme el precio de la libertad,
un alto y pesado precio,
pero en una espalda ya cargada,
la sensación se vuelve más ligera,
más suave.

En la calle,
recuerdas los instintos que la vida fácil te hizo olvidar.


sábado, 20 de abril de 2013

En estado zero

Estoy cansado,
pero no descanso.

Estoy preocupado por el tiempo,
por el lugar,
por ti,
por mi.

Antes jugábamos debajo de las sábanas,
el sol salía para nosotros,
la noche arropaba nuestras respiraciones.

Pero la tormenta llegó,
el niño perdido dejó de jugar,
dejó de reír.

Quemaba los días pensando en un mundo futuro,
en una situación diferente.
Y la niña comenzó a jugar sola.

Ahora, ese mundo llegó,
ese momento llegó,
pero debajo de las sábanas solo están mis pies descalzos.

Ya no tengo tus sonrisas,
ni tus juegos.
Solo el martilleante sonido de mi corazón
buscando un descanso,
un paréntesis,
un motivo.

Tengo miedo de la noche,
tengo miedo del mañana,
tengo miedo de mi...sin ti.

viernes, 19 de abril de 2013

En el sofá

En un sofá calmaba la mente mientras se encorvaba mi espalda.
En esa postura, incómoda postura,
mis huesos pedían reposo,
mis ojos descanso,
mis manos tranquilidad.

Sentado en el sofá,
pienso en el futuro,
pienso en Cohen, 
pienso en Fiona, Ramone, Puar,
en mi,
en el próximo sofá,
la próxima mañana.

Postrado en el sofá,
los músculos me duelen,
mi cabeza clama clemencia,
mi corazón claridad,
mis pantalones...un lavado.  

Sentado en el sofá,
miro la puerta,
de esa habitación,
con esa persona que habita en sus sueños,
esos que yo no tengo.

Sentado en el sofá,
me fumo el tiempo,
me bebo las preguntas,
me como por dentro.


Sentado aquí,
en el dichoso,
incómodo y desastroso sofá,
el tiempo pasa para mi,
convirtiéndose en una fase,
que se transforma en la repetición de un día anterior.

Tumbado en el sofá,
mis sueños pierdo,
mis huesos se astillan,
mi tiempo se disipa.

Hoy el sol no ha salido,
mientras sigo con los huesos doloridos,
la cabeza revolucionada,
el corazón tapado,
las manos abiertas,
en el dichoso sofá.

Entre el espacio y el tiempo

Dime niña si todo ha sido un sueño,
si despertaré entre sábanas húmedas
o entre tus piernas.

Dime niña si el tiempo ha pasado,
o por el contrario se ha parado
solo para nosotros.

Dime niña si la lluvia calma el calor,
si empapa mi mente,
si hidrata mi corazón.

Dime niña si podré mirar al sol sin ver tus ojos,
sin reflejarme en ellos,
sin leerte el corazón.

Dime niña si el anillo te protegerá,
si el viento te cantará,
si la noche
te abrigará.

Dime niña si la distancia te hará fuerte,
si el espacio será caprichoso,
si la tormenta pasará.

Dime,
que con una palabra,
todo será un espejismo.

jueves, 18 de abril de 2013

Despierta

Despierta niña,
mira la mañana,
despeja tus sueños
y lava tu cara.
Mira el sol que entra por la ventana
y sonríele al mundo que te espera.

Despierta niña,
vístete de esperanza,
pinta el mundo de colores,
cántale a los cielos.
Sáltale a la vida,
con paso firme, pero coqueto.

Despierta mi niña,
despierta del pasado,
para retar al futuro,
para ganar el pulso al tiempo.
Saborea el café
y limpia con tu lengua los posos de tus labios.

Despierta mi niña,
del ayer,
del pesar,
de la carga.
Que cada mañana es única,
que cada sonrisa es eterna.

El otro lado


Al otro lado de la puerta,
tu cuerpo descansa el ayer,
entre sábanas y sudores,
entre olores familiares y corporales.

Al otro lado de la puerta,
la niña perdida se cambia de ropa,
dejando sus verdes mayas,
envueltas sobre la cama.

Al otro lado,
del pensamiento y del ayer,
el agua limpia tu cara de  lágrimas hechas legañas,
dejando caer el peso de los días.

Al otro lado de la puerta,
el sol hace tiempo que salió para ti,
y solo una lámpara,
te recuerda la luz tenue de las noches inconexas.

Al otro lado de la puerta,
se encierran sueños perdidos entre sábanas revueltas,
ropa arrugada,
zapatillas agujereadas.

Al otro lado,
al otro lado, hay  un lugar ya conocido por ti,
un niño perdido,
un lobo herido.

Al otro lado de la puerta,
donde descansan las palabras,
donde se miden los tiempos de un ayer perturbador,
donde el mañana se pinta de colores.

Descansa un lobo paciente,
con sueño perdido,
con temple en sus palabras,
con el estómago revuelto.

Al otro lado.

Dame

Dame un minuto para pensar mejor lo que siento.
Deja que mi mente repose,
para almacenar mejor tus palabras,
que se clavan en mi piel como finos cristales.

Deja a la luz que entre por la ventana
y proyecte una calma aparente.

Dame un lugar para poder pensar,
para  poder entender que mañana pasará.

Dame un plano,
para entender el tiempo,
para ver el mar,
para sonreír al ayer.

Dame un diazepán para calmar una espalda rota,
unos ojos cansados,
un insomnio perturbador,
una mente agotada.

Dame un balcón para poder gritarle al mundo,
poner mi mente en orden,
mis manos en tu pecho,
mis labios en los tuyos.