Seis noches

Seis fueron las noches que dos almas se encontraron,
entre trazos de letras se hermanaron,
entre risas, se sinceraron.

Dos eran los colores de los calcetines de uno,
cada uno de un color,
los dos juntos por comunión.

Ella se abrazaba a los bailes,
se hermanaba con la música,
soñaba que estaba despierta.

De coincidencias se encuentra llena la vida,
de casualidades nos asombramos,
de rarezas, nos enamoramos.

Seis fueron los días que sus mentes jugaron,
entre bambalinas de telas rojas,
en el vaivén de las tenues luces.

Allí donde nacen los sueños y mueren las dudas,
entre el día y la noche,
en el horario de los no cuerdos.

Dos seres sin sueño,
abrieron su esqueleto,
desnudaron su alma al desconocido.

Pero lo que tiene la vida,
que las palabras bonitas,
se tornan tempestuosas.

Los gestos amables,
se transforman en extraños,
rozando el daño.

Y los dioses roñosos,
se llevan aquel trabajo,
aquel amor extraño.

Devolviendo aquellas sonrisas,
de vuelta a sus esquinas,
a la casilla de salida.

Dos seres se encontraron,
y cinco días y seis noches pasaron,
sin tocarse ni acaso.

Y como todas las historias tienen un final,
el que uno opina
y el otro asiente.

Fin a una hermosa historia,
de algo no palpado,
de algo soñado sin sueño.

Aquello que no se

Desgarrando los más profundos sentimientos incandescentes,
que penetran en mi mente, nublando mis sueños.
Palabras hermosas y no poseídas,
cuerpos desconocidos conectados por energía.
Voces vivaces, amables y sensuales,
evocando el ocaso de los días oscuros.
Construyendo una vía,
aun por asfaltar.
Saboreando el desdén del péndulo,
sin importar de a que lado caerá.
Jugando de nuevo una partida de damas con el diablo,
que continúa risueño, esperando que suba aun más la apuesta.
Necesidades intrínsecas dentro de la lejanía,
del mundo esquivo, de los poetas perdidos.
Manos vacías,
brazos cicatrizados.
Opciones desconocidas,
de lo amado por amar.

Tiempo no es = a espacio

Despertares cortos entre sábanas revueltas y pelos de gato,
café exprés y viajes en metro,
proveedores alegres, pantalones calientes, chaquetillas sudadas delante de los fogones.
concentración constante, cachondeo perpetuo, miradas asesinas de piratas de sangre caliente.
Cigarrillos cortos, comidas engullidas, risas que envuelven los humos del infierno del Josper.
Música en el metro, en la cocina, en la calle y a la vuelta en casa.
Sonidos que evaden el alma de los pesos de la vida.
Ronroneos de la gata, lavadoras por tender, mensajes de cervezas por tomar, contactos humanos que te hacen respirar.
Noches que no son noches; sino días.
Más cuervos en lejanía, conversaciones sinceras, coincidencias y conocimientos compartidos,
horas rebajadas a segundos, tiempo no es igual a espacio.
Sueños cortos, sueños al fin y al cabo.

Se feliz

Se feliz,

canta alegre,

baila sin parar,

sigue tu sino y no mires atrás.

Disfruta de la música,

de la playa y de los montes,

de las frutas y hortalizas,

de las sonrisas fortuitas.

Se libre,

brillante,

hilarante,

única.

Contempla los amaneceres y sus colores,

lánzate al vacío,

explora tus límites,

viaja ligera.

Se feliz,

se sincera,

se risueña,

se tú misma.

Se todo aquello que sueñas a la luna,

aquello que le callaste al lobo,

aquello que te merece la pena,

aquello que es solo para ti.

Se feliz y valiente,

que el lobo se cure sus cicatrices,

persiga su sino con empeño,

olvidando así su despecho.

Se feliz,

se libre,

se todo aquello que desees,

se diferente.

El psicólogo del vacío

Palabras que no valen nada,

empañadas con alcohol barato,

noches de recogimiento,

sentimientos presos.

Palabras que solo despiertan las miserias,

los actos estúpidos,

la creencia en otros,

el descanso del cemento.

Palabras que se convierten en voces,

que evocan al momento,

que te transportan al pasado,

que te joden los sueños.

Palabras de besugos,

de almas tristes,

de micro sueños abstemios,

de suspiros del miedo.

Palabras y solo palabras,

que un día valieron

y otro ocultamos

bien adentro.

Palabras que traen los nervios de vuelta,

las noches en vilo,

la sensación del ahorcado,

el destino del necio.

Palabras que no se lleva el viento,

que ahondan en tu alma,

que pagan la renta,

en una vida llamada esquiva.

Palabras de mierda,

que escuchan mis oídos,

que vacían los bolsillos de pesares,

de aquellos que recitaban los juglares.

Palabras que trastocan esta noche,

que giran en la oscuridad sin sueño,

que transforman días en noches,

que vuelven para nada.

Este, olvidando el oeste

Despejaste las nubes,

cortaste tu cabello,

afeitaste tu barba,

cubriste tus sueños,

alejaste el rechazo,

escalaste esperanzas,

te comiste bien el suelo,

maldijiste tus adentros,

escupiste tus despojos,

recitaste las promesas,

memorizaste los momentos,

cocinaste los sabores,

oliste sus humores,

obviaste sus principios,

apaciguaste los mares,

rescataste las cenizas,

recogiste tus pedazos,

sonreíste en letanía,

olvidaste el desenlace,

callaste el silencio en olvido.

Skottie young