Creo que no hay nada más bonito como aquella vez,
en la que sin venir a cuento tus labios acarician otros labios y se hacen amigos.
En el que las manos se tocan y acarician,
los ojos conectan y sonríen,
el tiempo se para.
Creo que no hay nada más bonito que entrar en contacto con su piel y que tiemble tu pulso.
Abrazar la silueta desnuda,
desde los tobillos a las piernas,
de la cintura a los pechos,
de los hombros al cuello.
No hay nada más bonito que despertar de un sueño hermoso y ver que sigue allí,
que sonríe para ti,
que fue para ti.
Volver a fundirse en un abrazo,
de amor sin consumar.
No, no lo hay.
Y aunque no vuelva a pasar,
por unas horas lo viví,
lo sentí.
Te sentí
en la que sin venir a cuento tus labios acarician otros labios y se hacen amigos.
En el que las manos se tocan y acarician,
los ojos conectan y sonríen,
el tiempo se para.
Creo que no hay nada más bonito que entrar en contacto con su piel y que tiemble tu pulso.
Abrazar la silueta desnuda,
desde los tobillos a las piernas,
de la cintura a los pechos,
de los hombros al cuello.
No hay nada más bonito que despertar de un sueño hermoso y ver que sigue allí,
que sonríe para ti,
que fue para ti.
Volver a fundirse en un abrazo,
de amor sin consumar.
No, no lo hay.
Y aunque no vuelva a pasar,
por unas horas lo viví,
lo sentí.
Te sentí
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