miércoles, 13 de mayo de 2009

La ventana


Marc estaba sentado en el salón se su casa.
Delante suya solo tenía una hoja de papel, una pluma y una copa de whisky.
Llevaba horas allí sentado,
inerte,
en silencio.
Solo acompañado de su ser,
de su pensamiento,
de una historia que no continuaba.
Pocas palabras tenía la hoja de papel,
pocas palabras y muchos tachones.
No podía encontrar las palabras que tanto buscaba.
Se levantó para ir al baño,
mientras orinaba unas gotas le iban mojando su cabeza creadas por las horribles goteras que azotaban su baño desde hacía meses y que su casero aún no había arreglado.
Le recordaban lo triste que le parecía su existencia.
- Un hombre sin sombra no deja rastro - Debió pensar.
Atrapado en una pesadilla,
su pesadilla,
nunca eligió un retrato como este,
pero tampoco vio cuando le llegó.
Cerrando la puerta del baño,
como si quisiera cerrar un mal recuerdo,
se dirigió hasta la ventana del salón.
Era un octavo piso.
A el nunca le dieron miedo las alturas,
es más, le gustaba sentir vértigo cada vez que se asomaba.
Abrió la ventana y dejo su mirada fija en la calle.
Las luces de las farolas jugaban con la oscuridad de la noche y sus calles.
Algún gato tan solitario como el maullaba a lo lejos.
Y el silencio abrazaba a la oscuridad.
- No es malo estar solo , es diferente - decía intentando disculparse.
Marc cerró la ventana y volvió al sofá,
mojo la pluma en tinta,
escribió en la hoja
y volvió a dejar todo como estaba.



La ventana estaba abierta.
Marc ya no estaba.

En el folio solo había una frase:
Me fui en busca de mi libertad.

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