Hubo un día en el que quise creer en el amor. Lo tenía como un pastel de manzana y cortado por raciones. Esas raciones las fui regalando sin ton ni son esperando recibir algún día algún pedazo. Con el paso del tiempo me fui quedando sin pastel. Mis trozos se pudrían encima de la mesa, parece que la manzana no triunfa mucho. Llegó el día en el que solo me quedaba un trozo, ese trozo lo apartaba celosamente para un momento especial, pero resulto no serlo y el trozo se pudrió poco a poco.Primero comenzaron a salirle manchitas de moho, después pelo y así hasta que salieron los gusanos. Ahora no tengo pastel, no tengo malas intenciones, pero no tengo pastel. Me ofrecen pasteles muy apetitosos que rechazo para que los tomen con mas gusto otras personas, hasta que mi nuevo pastel salga del horno. Me he pasado la vida corriendo sin sentido y ahora me apetece ver las cosas con más calma, desde fuera, sentar las bases de mi desastrosa vida y por que no decirlo; es desastrosa porque quiero que en este momento lo sea. Que sea mi desastre! Por suerte el pastel no interfiere nada en el otro amor, el amor que siento hacia la gente que me ama, aunque sea un desastre, aunque no tenga dueño, aunque duela quererme y no puedan evitarlo, aunque lo intenten... os quiero!
One love,
one live
No hay comentarios:
Publicar un comentario