Demian estaba nervioso,
la visita de su tía aunque fuera por pocos días no le sentaba muy bien.
El pequeño solo tenía las palabras de su madre:
- Tranquilo,ya no es como antes.Todos merecemos una oportunidad. Ya verás como no es para tanto.
El tren está llegando.
Demian está justo a la entrada con su inseparable perro
Lovecraft.
La gente comienza a pasar a su lado,
Demian alza la vista intentando encontrar a su tía, pero no reconoce caras.Una mano posa en su hombro,
Demian se da la vuelta y allí estaba su tía
Carcicoma, con su sonrisa fantasmal.
Curiosamente después de días soleados su llegada trajo la lluvia y los tonos grisáceos a las calles.
El pequeño
Demian ayudó a su tía con las maletas y se dirigieron hacia la casa.
Muy amablemente
Demian se ofreció como buen anfitrión a ayudar a su tía el tiempo que estuviera en su casa. Por dentro no se lo podía creer, pensaba que quizá su madre tenía razón y las cosas realmente habían cambiado.
Esa noche
Demian durmió tranquilo...y confiado.
A la mañana siguiente
Demian se levantó como cada mañana y se dirigió a poner comida a sus animales.
Generalmente todos sus animales acudían a la cita con el desayuno. Esa mañana faltaba su
gatita negra, Vísceras, la cual había sido adoptada a la fuerza por la tía
Carcicoma.
Esa mañana todo fue diferente, las peticiones de
Carcicoma pasaron a ser órdenes con todo un plan ya trazado desde la salida del sol hasta que se escode.
El pobre
Demian andaba de aquí para allá intentando complacer los caprichos y manías de su tía.
Había momentos en los que intentaba escapar, salir de allí, de su casa como fuera.Esos escasos minutos eran como oro para el, como una carga extra de energía que se diluía en cuanto volvía a cruzar la puerta de su casa y vislumbraba la tenue silueta de
Carcicoma acariciando insistentemente a Vísceras.
La tercera tarde desde la llegada de su tía,
Demian debía acompañarla a unos recados.
Carcicoma quedó muy satisfecha aquella tarde y
Demian creyó que a partir de ahí todo podría ir bien...y creyó mal.
Al tomarse la noche libre
Demian se olvidó de los recados que
Carcicoma tenía preparados para el.
A la mañana siguiente todo fue a peor. La vengativa
Carcicoma había preparado un maléfico plan
que comenzó con la pobre Vísceras y un hechizo maléfico.
Demian ya no podía más, los recados se multiplicaron por mil. Ya no era el anfitrión, era el esclavo!
El último día bajaron temprano a la ciudad.
Demian le pidió a su amiga
Mildred que les acompañara. Esa mañana se hizo eterna. Lo que comenzó como un día soleado se
fue convirtiendo poco a poco en un día gris y horrible.
Pasaban las horas y Demian ya no sabía como comportarse, como sentarse o hablar.Su cara, al igual que el día fue cambiando de color.En la ciudad, el látigo de Carcicoma se había vuelto mas largo y duro.El reloj no pasaba y los momentos "felices" de los que disfrutaba Demian con Mildred eran borrados rápidamente por el látigo de Carcicoma.
Amanece el día, el último día. Comenzaba la cuenta atrás. Solo quedaba aguantar un rato. Ese día Nicolai de la tienda de ultramarinos le había pedido a Demian que le ayudara con unos recados.El pobre Demian accedió sin pensárselo dos veces.El tiempo que estuviera allí sería libre de la malvada Carcicoma.Cuando acabó la jornada y volvió a casa, su tía parecía calmada; parecía?!
Ella le miro por encima del hombro y se retiró a sus aposentos con una leve sonrisa en la cara.
Esa noche, la última noche una gran tormenta irrumpió en el pueblo. Aunque para Demian la sensación fue que era solo en la casa.Extrañas voces y risas sonaban por todos sitios. El sonido de las gotas de lluvia contra el tejado era como si tiraran piedras.El viento abría todas las ventanas y apagaba el fuego de la chimenea.Hasta el incombustible Lovecraft tenía miedo.Demian se armó de valor y salió al patio a desafiar su suerte, su destino, su tía! Tragó saliva, cerró los ojos fuertemente y se concentró en las cosas que le hacían feliz.Cuando abrió los ojos ya era temprano,
la tempestad había pasado, el cielo gris dejaba paso al azul del cielo.Demian entró fuertemente al cuarto de Carcicoma, cogió a Vísceras, hizo el desayuno y las maletas de su tía. Se fue de paseo con Lovecraft e hizo sus recados.Cuando Carcicoma despertó vio alrededor de Demian un color diferente, era el color de la indiferencia.Justo el color que no podía ver. Demian llamó a un carruaje y se disculpó por no poder acompañarla al tren.Carcicoma entre gruñidos y lamentos desesperados miró atrás por última vez antes de subir al carruaje y sonrió al joven Demian.
El sabía que lo logrado no era una victoria, pero por primera vez había conseguido un empate.
El carruaje partió rumbo al tren llevándose tras de si los colores tristes de Carcicoma...